Hace algunos días me encontraba platicando con un colega respecto a la terrible e ignominiosa lesión que el joven jugador delantero de la Selección Mexicana de Fútbol, Hirving “Chucky” Lozano, sufrió a manos de unos salvajes jugadores de Trinidad y Tobago durante un partido de la Copa de Oro llevado a cabo en los Estados Unidos. Al final de la conversación, ambos coincidimos en que el lamentable suceso no debía de quedar impune, ya que existen las pruebas suficientes para comprobar que dicha lesión no fue producto de un accidente, sino de una acción premeditada que tenía como objetivo derribar al jugador en la cancha.
Pese a esto, el colega con el que conversaba me aconsejó que me olvidara del tema, ya que la Confederación de Norteamérica, Centroamérica y el Caribe de Fútbol, mejor conocida como CONCACAF, no ha sancionado en el pasado a otros jugadores de esta misma selección a pesar de que ya han cometido en diferentes encuentros faltas igual de escalofriantes como la sufrida por Lozano. Un ejemplo de esto es la terrible lesión que sufrió el hoy gobernador del estado de Morelos, Cuauhtémoc Blanco, cuando era jugador de la Selección Mexicana por allá del año 2000 durante las eliminatorias mundialistas, misma que le causó una rotura de ligamento cruzado en su rodilla derecha, la cual lo incapacitó por más de ocho meses, además de que le truncó de manera definitiva su incipiente carrera como jugador en el extranjero. Las infames lesiones se muestran a continuación:
Fuente: https://www.tvazteca.com/aztecadeportes/copa-oro-2021/cuauhtemoc-blanco-chucky-lozano-trinidad-y-tobago
Es así como me fui dando una idea de la omisión e ineficiencia no sólo de la CONCACAF, sino de la propia Federación Internacional de Fútbol Asociación, mejor conocida como FIFA.
Ahora, mencionando a la millonaria, mojigata y progresista FIFA, misma que es la que nos atañe en el presente artículo de opinión, navegando por la web me encontré con una nota periodística que lleva como título: “¿Cuánto le ha costado el «¡eeehhh, pu...!» a la FMF?”, en la cual me llamó mucho la atención la siguiente información:
La Federación Mexicana de Futbol ha pagado 11 sanciones por el grito homofóbico en los estadios, el famoso «¡eeeh, puto!», desde 2015. Apenas estábamos festejando la victoria de la Selección Mexicana contra Alemania en su debut en el Mundial de Rusia 2018, cuando algunos medios de comunicación informaron que la Federación Internacional de Futbol Asociación (FIFA) había abierto un procedimiento disciplinario contra México por expresiones homofóbicas y antideportivas en el Estadio de Luzhnikí de Moscú (Chilango, 19/VI/18).
De hecho, en el mismo partido de México contra Trinidad y Tobago, el incompetente árbitro que curiosamente no vio falta alguna cometida por los trinitarios hacia Lozano, tuvo que detener el partido al minuto 86 y posteriormente al 94, debido al polémico grito “homofóbico” por parte de la afición mexicana contra el guardameta caribeño, Marvin Phillip. Cabe resaltar que, aunque en la lengua mexicana la palabra “puto” tenga varias acepciones (una de ellas sería “cobarde”, por ejemplo), la FIFA ha argumentado que, en el caso de los aficionados mexicanos, la connotación es peyorativa y discriminativa, referida exclusivamente a los miembros pertenecientes a la comunidad LGBTTTIQA+. Empero, pese a que ya se empiezan a plantear distintos cuestionamientos respecto a esta aseveración, considerada para algunas personas completamente fuera de lugar, la realidad es que a la FIFA parece no importarle mucho que, en el país anfitrión del próximo mundial de fútbol, la homosexualidad sea severamente castigada. ¡Qué ironía! ¿No lo cree? Veamos un poco del contexto de esta triste realidad.
En diciembre del año 2010, la BBC dio a conocer un reportaje en el que exhibía la intolerancia y castigo hacia las personas homosexuales en Qatar, sede elegida, tal y como lo mencioné anteriormente, por la FIFA para llevar a cabo el Mundial de Fútbol en 2022, con penas carcelarias y hasta con la propia pena de muerte, aunque resulte difícil de creer en esta época de apogeo de la diversidad sexual:
La FIFA sabía que la elección hace dos semanas de Qatar como sede de la mayor fiesta del fútbol en 2022 era una apuesta arriesgada […] Sin embargo, había pasado casi desapercibido un inconveniente más de la candidatura catarí que un periodista se encargó de recordar este martes durante una rueda de prensa del presidente del máximo órgano de gobierno del fútbol, el suizo Sepp Blatter. Los aficionados al fútbol homosexuales que viajen a Qatar con ocasión del Mundial podrían ser condenados a siete años de cárcel si tienen relaciones con otra persona de su mismo sexo. Los gays o lesbianas musulmanes podrían ser sentenciados a muerte porque para ellos rige la sharia o ley islámica (BBCNews, 14/XII/10).
Por lo tanto: ¿No le parece una hipocresía el hecho de que la FIFA sancione a México por un “grito homofóbico” pero que no se pronuncie en contra de la penalización de la homosexualidad en Qatar? A mí, por lo menos, sí. No olvidemos que la Federación Mexicana de Fútbol (FMF) ya acumula hasta el momento un total de 15 multas impuestas por la FIFA, desembolsando para dicha Federación millones de pesos para que México no sea descalificado del mundial en donde los homosexuales y todas aquellas personas con orientaciones sexuales e identidades de género disidentes, no podrán expresarse libremente si es que no quieren ser castigadas.
Gracias por su lectura.
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*El autor es licenciado en Sociología por parte de la Universidad Autónoma Metropolitana y actual estudiante de la Maestría en Estudios Políticos y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México |
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