Por Eros Ortega Ramos*
Hace algunos días, el exdirector general de Petróleos Mexicanos (PEMEX), Emilio Lozoya Austin, presentó una denuncia ante la Fiscalía General de la República (FGR) en donde acusa tanto a ex candidatos presidenciales como José Antonio Meade y Ricardo Anaya, como a los expresidentes Felipe Calderón Hinojosa, Enrique Peña Nieto y Carlos Salinas de Gortari, como presuntos responsables de participar en transacciones fraudulentas contra la empresa productiva del Estado, así como también de participar en actos de corrupción relacionados con la firma Odebrecht: “El ex funcionario narra que recibió de la firma brasileña 3 millones 150 mil dólares para financiar la campaña presidencial de Peña Nieto, de los cuales 1.6 millones se destinaron a pagar a consultores extranjeros y el resto se los quedó el propio Lozoya” (LaJornada, 20/VIII/20).
En dicha denuncia, la cual de acuerdo con la FGR tiene una extensión de 63 páginas, se asegura que el Estado mexicano no mantenía una relación de contratos con Odebrecht, sino una relación de poder, tanto político como económico. De igual manera, se relatan los inicios de la estrecha relación que Peña Nieto tenía con la firma brasileña: “…el primer acercamiento entre Peña Nieto y la firma constructora ocurrió en Brasil, durante una visita que hizo, siendo aún gobernador del Estado de México, en abril de 2010, cuando se reunió con Marcelo Odebrecht, en compañía de su vocero, David López; del dueño de Grupo Higa, Juan Armando Hinojosa, y de Arnulfo Valdivia, encargado de asuntos internacionales del gobierno estatal” (LaJornada, 20/VIII/20). Pero la declaración no termina ahí, ya que de acuerdo con Lozoya: “Al término de ese encuentro se hizo el trato y más tarde en México, al inicio de la campaña, se acordaron los plazos y montos de siete depósitos, realizados entre el 20 de abril y el 18 de junio de 2012, en una cuenta del banco suizo Gonet & Cte, a nombre de la empresa Latin Asia America Capital Holding” (LaJornada, 20/VIII/20). O sea que, se está acusando al expresidente priista de haber recibido financiamiento extranjero para su campaña electoral cuando aún era candidato. Un claro delito electoral que, de haberse comprobado en su momento, probablemente le hubiese costado la candidatura.
Asimismo, en la denuncia presentada por Lozoya, se detalla cómo es que se les entregó dinero a algunos senadores del Partido Acción Nacional (PAN) para que votaran a favor de la aprobación de las reformas estructurales. En sus propias palabras: “quiero aclarar que no se trató de una negociación, sino que claramente fue una extorsión ejercida por parte de ellos hacia mi persona con la finalidad de que aprobaran las reformas estructurales, influenciadas por Odebrecht y otras empresas extranjeras” (LaJornada, 20/VIII/20). Pero lo que hizo explotar la bomba del escándalo fueron los nombres que reveló el exfuncionario: Jorge Luis Lavalle Maury, Salvador Vega Cabañas, Francisco Domínguez Servién y Francisco Javier
García Cabeza de Vaca. Y es que Lozoya Austin asegura que además de que solicitaron hasta 50 millones de dólares por la venta de su voto a favor, en su momento fue víctima de una “extorsión brutal” por parte de los funcionarios si no recibían su pago correspondiente: “Los legisladores señalados tenían una actitud muy agresiva, ya que incluso amenazaron con boicotear la reforma energética si no recibían sus sobornos” (LaJornada, 20/VIII/20).
Inclusive hasta el exaspirante panista a la Presidencia de la república, Ricardo Anaya Cortés, fue acusado por Lozoya de recibir un incentivo de 6 millones 800 mil pesos en el estacionamiento de la Cámara de Diputados durante una reunión que tuvo lugar en el recinto en agosto de 2014. Esto con la finalidad de impulsar la candidatura del también abogado a la gubernatura de Querétaro. Las declaraciones le trajeron duros cuestionamientos a Anaya ya que, a mediados de agosto del año en curso, se dio a conocer un video en el que se muestra al exsecretario técnico de la Comisión de Administración del Senado perteneciente a la bancada del PAN, recibiendo bolsas con efectivo: “Un video difundido en redes sociales muestra a Rafael Caraveo Opengo […] recibiendo dinero, que, según quien hace la entrega del efectivo, suma 12 bolsas con 200 mil pesos cada una. La grabación fue subida este domingo 16 de agosto a un perfil de YouTube a nombre de Juan Jesús Lozoya Austin, que coincide con el del hermano del exdirector de Pemex, Emilio Lozoya” (Milenio, 17/VIII/20).
Ante estas declaraciones y otras tantas más que a lo largo de los siguientes días han engrandecido la lista de acusados por parte de Lozoya, era de esperarse la pronta e ingenua respuesta de los señalados. En el caso de Calderón:
“el manejo ilegal y mediático del caso confirma que Lozoya (con el chantaje de tener presa a su mamá) es utilizado por López Obrador como un instrumento de venganza y persecución política. No le interesa la justicia sino el linchamiento, haciendo en mi caso acusaciones ridículas” (LaJornada, 20/VIII/20).
En el caso de Anaya:
“Mañana, a las 9 en punto de la mañana, que abren los juzgados, iniciaré acciones legales ante un tribunal federal a fin de demandar por daño moral a Emilio Lozoya […] Si alguien cometió un acto de corrupción y existen pruebas, que se le castigue con todo el peso de la ley. Pero que el gobierno no quiera utilizar este asunto, sin pruebas ni fundamento, para embarrar a todos los opositores de López Obrador” (Forbes, 20/VIII/20).
A pesar de la negativa respecto de los escándalos en los que se han visto envueltos tanto Calderón como Anaya, al menos hay dos cosas en las que sí comparten el mismo punto de vista: SU DESAPROBACIÓN HACIA LA GESTIÓN OBRADORISTA Y SU TOTAL DESCONOCIMIENTO DE ILEGALIDADES MIENTRAS DESEMPEÑABAN SUS RESPECTIVOS CARGOS. Sinceramente no esperaba menos de ambos, al final, será la historia la que revele quien miente y
quien habrá de ser juzgado. Por el momento, no queda más que esperar que se siga destapando esa cloaca de la impunidad que tantos años permaneció cerrada, y que, para desgracia de muchos, hoy está sacando a relucir ese engranaje de corrupción prianista que desde hace mucho tiempo tuvo que haber sido desterrado en su totalidad.
Gracias por la lectura.
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*El autor es licenciado en Sociología por parte de la Universidad Autónoma Metropolitana y actual estudiante de la Maestría en Estudios Políticos y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México |
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