Por Eros Ortega Ramos*
El día 26 de octubre del año en curso, la página de Facebook sin fines de lucro “Colectiva Feminista Zumpango”, compartió la siguiente publicación: “Así dejamos ayer nuestra ofrenda//Así ameneció nuestra ofrenda. ¿Estas tampoco son formas de manifestarse?”, adjuntando las fotografías que se muestran a continuación:
Como se puede apreciar, en la primera fotografía se muestra una bonita ofrenda dedicada a todas aquellas mujeres que han sido privadas de la vida por la situación actual de violencia que se vive en el país. Respecto a la segunda fotografía, podemos observar cómo se muestra la misma ofrenda, pero ahora vandalizada. En relación con esto, considero que con el mensaje: “¿Estas tampoco son formas de manifestarse?”, la colectiva feminista expresó su condenación hacia aquellas personas que habían vandalizado con mala fe dicha ofrenda. Y no es para menos; la indignación ante tal acto no podía pasar desapercibida. Era justo hacerla pública para que la gente sacara sus propias conjeturas.
Hasta aquí todo apuntaba, tal y como cientos de internautas (en su mayoría mujeres) aseguraban en los comentarios de la publicación, que habían sido HOMBRES los responsables de semejante patanería, hasta que los culpables de tal acto salieron a la luz pública gracias al propio Ayuntamiento de Zumpango:
Un grupo de perros fue el que destruyó una ofrenda dedicada a las víctimas de feminicidio, la cual fue colocada en el municipio de Zumpango. A través de redes sociales, el Ayuntamiento aclara que la alteración de la ofrenda no fue un acto vandálico de alguna persona, sino un grupo de perros los que destruyeron el altar. Lo anterior, luego de que el Colectivo Feminista Zumpango denunciara en redes sociales la destrucción de la ofrenda que colocaron hace unos días para recordar a las víctimas de feminicidio. Sin embargo, en el video captado por las cámaras de seguridad del edificio de Gobierno se puede apreciar a un grupo de
perros que juegan con la ofrenda. Ante ello, el Ayuntamiento de Zumpango se comprometió a cuidar el altar una vez que este sea reinstalado en la explanada municipal; además de brindarle resguardo a los animales (ElUniversal, 27/X/20).
Tal y como usted lee; un grupo de perros traviesos fueron los responsables de destruir la ofrenda. De hecho, hay varios videos de la travesura circulando por la web. Uno de ellos lo puede ver en el siguiente enlace: https://www.youtube.com/watch?v=KX7Phetq1pw. Ante esto, la Colectiva Feminista subió una imagen a Facebook con la ofrenda completamente restaurada, además de un comunicado en el cual se pronunciaron en contra de la versión proporcionada por el ayuntamiento:
Dado que el ayuntamiento de Zumpango publicó un video de las cámaras de seguridad de la presidencia, donde pareciera que una jauría de perros es la culpable de la destrucción de la ofrenda que colocamos el pasado domingo 25 de octubre, queremos comunicar que después de ver el video en repetidas ocasiones y analizarlo con detalle, rechazamos la declaración que el gobierno municipal dio. A nuestro parecer, la ofrenda ya estaba destruida antes de que los perros llegaran. Finalmente, fueran o no los perros, entre las interacciones de la publicación donde compartimos las fotos de la ofrenda, los comentarios misóginos no faltaron, lo que nos lleva a concluir que probablemente, nuestra ofrenda hubiera sido destruida tarde o temprano (ColectivaFeministaZumpango, 27/X/20).
Pero para mi sorpresa la polémica no terminó ahí, ya que otra vez, el Ayuntamiento de Zumpango respondió: “En el video publicado se muestra el lapso donde los perritos hicieron la mayor afectación, en este se muestra el primer perrito que llegó. Sin problema y para esclarecer el tema acérquense con nosotros para mostrarles todo el video” (AyuntamientoZumpango2019-2021, 27/X/20).
Pero lo que me parece preocupante en esta situación, siendo además el principal punto que quiero tratar en este breve artículo de opinión, es el linchamiento mediático que se le hace a los hombres, señalados como los únicos responsables de haber destruido una creación, en este caso una ofrenda, de mujeres feministas. Lo que critico y además condeno rotundamente es esa aseveración de que los hombres, por su condición de varones, son los exclusivos vándalos en potencia. En todo caso habría que preguntarnos: ¿Por qué no se manejó la hipótesis de mujeres responsables en la vandalización de la ofrenda?, ¿Acaso por su condición, per se, de mujeres? Espero que no, porque tal parece que a ojos de muchas personas que se dicen feministas: las mujeres no pueden cometer actos de vandalismo únicamente por ser mujeres. A fin de cuentas, biologicismo puro y oportunista que cada vez más consolida esa excluyente y radical “guerra entre los sexos”.
Por lo tanto, todo este asunto me hace pensar en una reduccionista y peligrosa conclusión de nueva cuenta: TODAS LAS MUJERES SON VÍCTIMAS Y TODOS LOS HOMBRES SON VICTIMARIOS. Porque si usted observa el video con detenimiento se dará cuenta de que fueron los perros y no los hombres los únicos
responsables de los daños que sufrió la ofrenda. Sin embargo, la colectiva feminista se empeña en defender lo indefendible, sosteniendo la hipótesis de que antes de los perros, alguien más perpetró ese vandalismo: ¿Hombres acaso? Saque usted sus propias conclusiones.
Gracias por su lectura.
Twitter: @erosuamero
Facebook: Eros Ortega Ramos
Correo electrónico: sociologia_uameros@hotmail.com
*El autor es licenciado en Sociología por parte de la Universidad Autónoma Metropolitana y actual estudiante de la Maestría en Estudios Políticos y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México |
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