Por Eros Ortega Ramos*
El pasado sábado 30 de noviembre del año en curso se llevó a cabo el festival de
Metal de talla internacional (o al menos hasta ese momento lo era) conocido como
“Knotfest meets Forcefest”, al interior del Deportivo Oceanía, el cual se ubica en la
delegación Venustiano Carranza de la CDMX. Cabe destacar que desde que se dio
a conocer la sede en donde tocarían algunas bandas prestigiosas de la escena de
este género musical a nivel mundial, comenzaron a crecer las especulaciones
respecto a una locación inadecuada para albergar a miles de personas para un
evento de estas dimensiones. Lo peor de todo es que no se equivocaron.
Resulta que en el primer día de los dos que se tenían contemplados para el festival,
la valla que dividía las secciones de “preferente” y “general”, mismas que se
encontraban cerca del escenario principal, se vino abajo por la cantidad de personas
que la empujaban, hecho que desató la alarma entre el escaso personal de
seguridad que ante los empujones de los asistentes, no le quedó de otra que
limitarse a contemplar cómo es que poco a poco se salía de control la organización
del evento.
Ante tal situación, las bandas que se habían promocionado como Cabeza de Cartel,
en este caso Evanescence y Slipknot, se vieron obligadas a cancelar sus
respectivas presentaciones por cuestiones de seguridad. Este hecho provocó el
enojo de los asistentes, mismos que iniciaron los disturbios y la quema de los
instrumentos y el equipo técnico de la agrupación Evanescence. Una imagen de lo
ocurrido se muestra a continuación:
Fuente: https://www.adn40.mx/noticia/cultura/notas/2019-12-01-11-46/asistentes-al-knotfestqueman-instrumentos-tras-cancelacion-presentaciones-de-bandas
Aproximadamente a las 2:30 AM del domingo, decenas de asistentes enfurecidos a
través de las principales redes sociales denunciaron no sólo la falta de seguridad al
interior del evento, sino también asaltos masivos, falta de alumbrado, enormes filas
para conseguir bebidas y alimentos y la espera por más de tres horas para ver a los
artistas estelares sin ningún tipo de aviso por parte de los organizadores, los cuales
a final de cuentas ni siquiera pudieron salir a tocar. Mediante un mensaje publicado
en sus redes sociales, la banda norteamericana de metal, Slipknot, aseguró que,
pese a que ya estaba programada su presentación en el festival, ésta no podría
llevarse a cabo debido a los daños que había sufrido el escenario y su equipo de
trabajo:
“Estamos muy decepcionados de que no hemos tenido la oportunidad de
presentarnos, pero la seguridad de nuestros fans y la de nuestro equipo es
nuestra mayor prioridad. Vamos a buscar volver a México en algún momento en
el futuro”.
Tras varias horas de espera por parte de los asistentes, los irresponsables
organizadores (más adelante explicaré las razones de mi aseveración) “Live Talent”,
buscaron justificar su falta de compromiso diciendo que se había tratado de “grupos
de choque” que fueron a causar desmanes con la intención de boicotear el evento.
Nada más falso. Con la intención de enmendar irrisoriamente su falta de planeación,
mediante un comunicado la empresa lamentó la decisión de Slipknot de no haberse
presentado ante los asistentes por motivos de seguridad, asegurando que iban a
trabajar en conjunto con la agrupación para posteriormente reagendar una nueva
fecha de presentación en la CDMX, así como también se dieron a conocer algunos
detalles respecto a los reembolsos para aquellas personas que estuvieran
interesadas en recuperar su dinero invertido en el boleto.
Mi pregunta es: ¿Usted volvería a confiar en esta empresa para futuros eventos de
este tipo? Yo al menos no, pues parece ser que no es la primera vez que le quedan
mal al público. El pasado 6 y 7 de octubre del año 2018, esta misma empresa
organizó un festival de Metal en Teotihuacán, opacado por el lodo como
consecuencia de la intensa lluvia de ese día, las decenas de quejas por parte de los
asistentes a causa de la pésima organización logística, así como por las
cancelaciones de último momento por parte de diferentes artistas que,
supuestamente, estaban confirmados para tocar en el evento. Pero aún con estos
desalentadores antecedentes, el ingenuo público se animó a correr el riesgo de
volver a confiar en Live Talent.
Es indudable la absoluta responsabilidad de la empresa ante el descarado fraude
que cometieron llevando a cabo un evento de estas dimensiones sin contar con las
condiciones óptimas para hacerlo. No hay justificación alguna que consiga ocultar
la falta de organización por parte del principal promotor, en este caso Live Talent, y
la inacción ante las problemáticas que opacaron a la música con violencia y actos
vandálicos. Por otra parte, respecto al vandalismo, es indignante observar en
diferentes videos que se encuentran circulando por la web, cómo es que algunos
individuos que tuvieron acceso al escenario sin mayor impedimento tomaron la
batería de una de las bandas programadas en el itinerario para posteriormente
quemarla. ¿Qué clase de “fanático”, si es que así se le puede llamar, puede actuar
de semejante manera? Sólo aquel irracional e inconsciente. No se puede exceptuar
de culpas a estos “fanáticos” que con alevosía y ventaja aprovecharon la situación
para hacer de las suyas sin una sanción de por medio. Pero el principal aprendizaje
que debe de quedar con esta lamentable experiencia es el de NO CONSUMIR
ABSOLUTAMENTE NADA QUE ESTÉ RELACIONADO CON ESTA EMPRESA
FRAUDULENTA. No seamos copartícipes de futuras estafas al público, tolerando
este tipo de ultrajes pagados por la misma gente.
Gracias por su lectura.
Twitter: @erosuamero
Facebook: Eros Ortega Ramos
Correo electrónico: sociologia_uameros@hotmail.com
*El autor es licenciado en Sociología por parte de la Universidad Autónoma Metropolitana y actual
estudiante de la Maestría en Estudios Políticos y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de
México |
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