En Veracruz, el proceso electoral del 2021 acaba de iniciar. Más de 5 millones de mujeres y hombres podrán definir con su presencia en la urna, quienes ostentarán la representación en 50 bancas del Congreso veracruzano para la construcción de las normas que mejoren nuestra vida y convivencia, de las directrices para superar nuestros problemas, aportando con propuestas y discusiones argumentadas y pacíficas.
También ha iniciado el camino para la renovación de los ayuntamientos de nuestra entidad, donde 212 presidencias municipales, 212 sindicaturas y 630 regidurías cambiarán. En las campañas para gestiones locales el reto se eleva, porque el espacio de debate político y público es más cercano y obliga a mayores presencias sociales.
Desde una óptica responsable y crítica, es deseable que en las campañas y la votación que vendrá, se exija la reflexión y la revisión de propuesta e ideas, desterrando a las calumnias y descalificaciones como método de atraer la atención, campañas sucias que tan solo esconden la incapacidad para debates serios para la construcción de acciones puntuales, para mejorar las políticas públicas municipales.
En esta elección contenderán 14 partidos, de los que 7 son de nueva creación, 4 locales y 3 federales, lo que implica un amplio espectro de posibilidades para los electores. Sin duda que se trata de un gran reto para todos los partidos pero principalmente para los nuevos, requiriéndose de una gran solvencia en el diseño de los mensajes y convocatorias, en el reclutamiento organizativo y de candidatos. A este escenario estatal electoral se empalma la elección de 20 nuevos diputados federales para integrarse al Congreso de la Unión.
Mención especial sobre el árbitro electoral estatal, el OPLE, que manifiesta contar con un cuadro directivo y un personal con experiencia para llevar la organización del proceso en buenas condiciones de credibilidad, de equilibrio y de convocatoria.
Este proceso electoral veracruzano también ha sido marcado por la modificación de los tiempos, en función de la intentona reformista que fue desechada ante los
amparos interpuestos y no pudo consolidarse al considerarla insostenible por sus violaciones procedimentales.
Aspiro a que la discusión política que se acerca, rebase los discursos fáciles, los lugares comunes, la impropia manifestación de mentiras y promesas incumplibles, de rumores y dichos sacados de las cañerías, la compra de votos sin compromiso.
Podré parecer ingenuo pero aspiro ahora más que nunca, a presenciar y escuchar en más espacios y momentos de discusión, respeto ante las difíciles condiciones en que nos movemos cotidianamente en nuestros municipios, en nuestra entidad; espero que quienes pretenden ser representantes elegibles, muestren mayor estatura política y conocimiento para proponer ideas, razones, metas concretas y compromiso social.
Nos hace mucha falta y nos lo merecemos como ciudadanos.
DE LA BITÁCORA DE LA TÍA QUETA
Regalo funesto de navidad: el doble del escenario catastrófico. Que gran tristeza. |
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