Por Héctor Yunes Landa
La exigencia de un “moche” de más de 30 millones de pesos del dinero de liquidaciones laborales para financiar la campaña presidencial de Claudia Sheinbaum; un abogado defensor de trabajadores en contra del gobierno federal, quien resultó ser el padre de la secretaria del Trabajo y hoy titular de Gobernación; un Presidente acorralado que hoy exige pruebas que él mismo nunca ha aportado.
El culebrón que resultó la desaparición de Notimex -la agencia de noticias del gobierno mexicano-, puso al descubierto el canibalismo de Morena y la podredumbre que se esconde bajo la alfombra de Palacio Nacional.
Desde el inicio de su gobierno, López Obrador apoyó la idea del desmantelamiento de la agencia, convencido de que la mañanera sería suficiente para realizar la propaganda del gobierno y, mejor aún, el espacio ideal para atacar y mentir en contra de sus adversarios, reales e imaginarios. No necesitaba a Notimex.
Así impuso a una de sus incondicionales, la periodista Sanjuana Martínez, para hacer el trabajo sucio: desaparecer a Notimex. Pero todo salió mal.
Tras la extinción y liquidación de los trabajadores, Martínez acusó en redes sociales que, sobre el monto total de la liquidación de los trabajadores, se le pidieron 30 millones de pesos para financiar la campaña presidencial de Sheinbaum.
La última directora de Notimex publicó en el diario La Jornada, uno de los que recibe la mayor cantidad de recursos públicos y el más afín al gobierno morenista, su versión de los hechos: tras la huelga de trabajadores desde el año 2020, hoy dice que fue “pura corrupción y lo va a demostrar con pruebas”.
"Me pide el presidente @lopezobrador_ que muestre pruebas de las liquidaciones ilegales al extinto @SutNotimex asesorado por Arturo Alcalde, padre de la secretaria @LuisaAlcalde y sobre las demás irregularidades, con mucho gusto, las tienen mis abogados que preparan las denuncias", escribió en su cuenta de X.
Notimex resultó ser, desde el inicio del gobierno de Morena, una historia de autoritarismo y persecución que concluye con la exhibición pública de la corrupción, la traición y el financiamiento ilegal para la campaña electoral de la candidata impuesta por López Obrador.
Notimex es la punta del enorme iceberg que significa el financiamiento ilegal de la campaña de Claudia Sheibaum. Perro que come huevo, aunque le quemen el hocico.
Por supuesto, los moches no se firman ante notario ni se expide factura por ellos, como pretende el presidente López Obrador. Los moches se entregan en efectivo y, si no lo sabe, que se lo pregunte a cualquiera de sus hermanos.
La intención de quitarle dinero a trabajadores no es nueva. Apenas el año pasado, la exjefa de Gobierno fue acusada de usar el dinero de los empleados de la CDMX para su camino a las elecciones presidenciales 2024, proveniente del Fondo de Ahorro Capitalizable (FONAC). Los trabajadores señalaron un faltante de, por lo menos, 300 millones de pesos de los rendimientos del fondo.
Hasta ahora, ni Morena ni Sheinbaum han podido explicar quién financió miles de espectaculares, bardas, mantas y cientos de actos públicos a lo largo del país. Pronto lo sabremos.
La puntita
El encargado de despacho de la FGJ de la CDMX, Ulises Lara López, obtuvo su título profesional de una universidad patito, propiedad de un empleado del Jefe de Gobierno Martí Batres. La exfiscal Ernestina Godoy plagió a Mauricio Merino para titularse. Ignorantes y cínicos.
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