Esta semana que recién concluye, el Presidente de la República fue a Minatitlán, Veracruz, lugar de la masacre del Viernes Santo. Si el Presidente está pensando venir a Veracruz cada vez que haya hechos sangrientos, que mejor ya se quede a vivir en esta entidad.
El estado de Veracruz es, a partir de esta administración morenista, primer lugar en secuestros y feminicidios. El caso de la joven madre de Coatzacoalcos, Susana Beatriz Carrera Ascencio, quien el pasado 13 de febrero fue decapitada por no haber sido oportunamente pagados los 4 millones de rescate que pidieron sus secuestradores por devolvérsela a sus hijos, fue una de las tantas gotas que tienen al vaso, en Veracruz, derramándose en cascada.
Lamentablemente, ahora nos estamos perfilando a liderar al país en materia de infanticidios. Apenas ayer, en Acayucan, un pequeño de tres años fue herido de bala en la cabeza. Es el tercer niño gravemente agredido en 30 días. El Viernes Santo, un bebe de apenas un año fue asesinado en Minatitlán. Y el pasado 27 de marzo, en Las Choapas otro menor, de 11 años, fue privado de su corta vida.
La misma inseguridad se vive en otras zonas de la entidad. A últimas fechas, esta se ha recrudecido en la sierra de Zongolica, en donde está enclavado el municipio de Mixtla de Altamirano, Veracruz, cuya presidenta municipal Maricela Vallejo Orea fue, apenas la semana que recién concluyó, asesinada a balazos junto con su esposo y su chofer. El pasado mes de febrero fue baleado, también en la Sierra de Zongolica, un ex presidente municipal de la región, Antonio Ramírez Itehua, después de salir de dar clases de una telesecundaria rural.
Así, la Sierra de Zongolica, enclavada en la zona centro de la entidad, se ha convertido en tierra de nadie. Este punto de la geografía veracruzana es azotado sin clemencia alguna por la delincuencia, que lo mismo extorsiona y levanta a maestros rurales por unos pesos, que a médicos de la región. El 5 de diciembre pasado, el doctor Francisco Lamberto Trujillo Tehuactle, de 62 años, fue secuestrado en su trayecto a Zongolica y, posteriormente, asesinado. Uno de muchos casos más.
En Veracruz, la gente tiene miedo ya hasta de salir a trabajar. La solución, si así se le puede llamar, que encontró la autoridad ante el problema que en particular enfrentan los profesores, fue ponerles una patrulla que los custodie a la hora de entrada y salida de las escuelas, lo que les asegura que al menos en esos dos momentos no serán asesinados.
Ante tanto crimen en Veracruz, pareciera que las autoridades están ya rebasadas. Así, luego de cada homicidio doloso que es cuestionado públicamente por la sociedad, el titular de la Secretaría de Seguridad Pública en Veracruz, responsable de la prevención de que estos se cometan, el neoleonés Hugo Gutiérrez Maldonado, prácticamente lo único hace es dar las “condolencias” por los hechos en sus redes sociales. Los veracruzanos no esperamos de él que dé el pésame o que redacte obituarios, sino que evite que casos como éste se den con tanta virulencia en Veracruz. Por su parte, la Fiscalía de Justicia de la entidad, responsable de encontrar, detener y poner a disposición de los jueces a los delincuentes, anda con la brújula perdida. No detiene a nadie y cuando lo hace, el Poder Judicial los libera por la pésima integración de las carpetas de investigación hechas por el área de Jorge Winckler.
En el marco de la visita presidencial, el gobernador del Estado, Cuitláhuac García Jiménez, anunció con bombo y platillo la entrega de 500 vaquillas, “sólo para la zona sur del estado”, las que aseguró vendrían a tranquilizar a Veracruz.
Al dolor por el que atravesamos los veracruzanos se suma la torpeza en el actuar de la Transformación de Cuarta y la indolencia de sus figuras, como la senadora veracruzana Gloria Sánchez Hernández, quien acusó a los medios de “magnificar” el drama de Viernes Santo en Minatitlán, como si asesinar a 14 personas, entre ellas a un bebé de un año durante una fiesta, fuese una cosa menor. ¿Cuántos esperaba entonces: 20, 30, 100? Ojalá y la senadora sume las víctimas de Veracruz y de todo México, que en estos cuatro meses que llevan en el poder han sido asesinadas; que se ponga un minuto en los zapatos de los deudos de las mujeres muertas, víctimas de feminicidio, de los familiares de las y los desaparecidos, de las ultrajadas, de todo aquel que ha sido víctima del delito. Buscar el significado de eficacia, eficiencia y empatía, no les caería nada mal a los morenistas.
Frente a este escenario, vamos a terminar pidiendo al Presidente de la República que en lugar de enviarnos más elementos de la Guardia Nacional, nos mande más vaquillas para “tranquilizar” a Veracruz.
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