Según los contradictorios cálculos del infectólogo metido a político Hugo López-Gatell, este miércoles 6 de mayo podríamos estar alcanzando el pico de la pandemia de Covid-19. Llegamos a la cresta de la ola a bordo de un barco de papel construido con la ineficacia, indolencia, corrupción y la ambición desmedida de un Presidente que sigue pensando en perpetuarse en el poder antes que garantizar el sistema de salud que él mismo ha ofrecido y que hoy ha colapsado.
Antes de que se registrara siquiera el primer caso de Covid-19 en Wuhan, China, el gobierno empezó a gestar la emergencia sanitaria que estallará en los próximos días. Con el desmantelamiento del Seguro Popular y la improvisada creación del Insabi, decenas de médicos, personal de enfermería y de administración fueron lanzados a la calle. Los servicios médicos se encarecieron y las medicinas escasearon.
El año pasado, mientras el sector salud tuvo un subejercicio de mil 472 millones de pesos -recordemos que el subejercicio total del primer año de gobierno de la 4T fue de 149.8 mil millones-, el sector energético tuvo reasignación por más 102 mil millones. La lógica del gobierno ha sido salvar el petróleo antes que la salud, incluso hoy en medio de la pandemia.
En opinión de Julio Frenk, Rector de la Universidad de Miami y ex secretario de Salud de México, la efectividad de la respuesta a una epidemia como la de COVID-19 depende de cinco elementos: 1) el sistema de vigilancia epidemiológica con el que se cuenta; 2) la existencia de una reserva estratégica de insumos y un plan nacional de respuesta ante pandemias; 3) la oportunidad y características específicas de la respuesta a dicha contingencia; 4) la estrategia de comunicación utilizada, y 5) el tipo de sistema de atención a la salud del que se dispone. ¡El gobierno de la 4T falló en absolutamente todas!
En su último informe del sábado, las autoridades del Gobierno federal confirmaron que en el país han fallecido 2 mil 061 personas a causa de la enfermedad y que hay 22 mil 088 casos confirmados acumulados. Ese día se contabilizaban 6 mil 580 personas activas que son quienes en este momento dispersan el contagio.
Y mientras López-Gatell advierte que el miércoles estaremos en el pico más alto de la pandemia, el Presidente –urgido de mantener su activismo político-, asegura que “ya falta poco” para que podamos “decir adiós a esta pandemia” y que pronto “vamos a empezar a salir de la etapa más crítica”, justamente lo contrario.
López Obrador no ha hecho caso a las recomendaciones de los médicos y científicos, sólo a sus intereses políticos. Tal vez el Presidente ignora que, según su propio gobierno, cada minuto hay un nuevo contagio en la Ciudad de México, hasta hoy el epicentro nacional de la pandemia.
El optimismo oficial no tiene ningún fundamento. Según la última estadística, la tasa de mortalidad es del 10.7%, es decir, de cada diez casos detectados, una de ellas morirá. De los 6 mil 580 pacientes activos, al menos unos 650 morirán en las próximas horas. En efecto, la tasa podría ser menor si se considera el universo previsto por “Centinela”, pero hasta hoy, siguen muriendo el 10 por ciento de los contagios confirmados por pruebas.
Pero más allá de los números, en la realidad cotidiana tenemos un sistema de salud que será rebasado en las próximas horas en muchas partes del país. Empezamos a ver escenas en los hospitales donde cada vez hay menos camas y más cadáveres. En medio de la fase 3, el personal médico siguen padeciendo un desabasto criminal de equipo y material de protección, no hay doctores suficientes –sólo se contrataron 6 mil médicos y 12 mil de personal de enfermería-, y muchos de ellos carecen de los protocolos efectivos que garanticen su seguridad, la de pacientes y familiares.
Hasta la semana pasada, los trabajadores de la salud que han fallecido en México a causa del coronavirus suman 24 de los más de 2 mil que han resultado contagiados por falta de equipo, una tragedia médica sin comparaciones en la historia moderna del país.
A ello obedece la iniciativa para la donación de insumos y equipo de protección que hemos lanzado a favor del personal médico de hospitales públicos veracruzanos, y que se puede consultar en Facebook Yo Cuento Contigo Tú Cuentas Conmigo e Instagram @yocontigo.tuconmigo, así como el whatsapp 2292 106218 y al correo electrónico Tucuentasconmigo2020@outlook.com
Se multiplican los relatos sobre diagnósticos equivocados por falta de pruebas, la entrega equivocada de cadáveres a familiares, pacientes que adquirieron la enfermedad en hospitales por atenderse de otro padecimiento, personas que mueren en sus casas porque no fueron recibidos en un hospital, funerarias rebasadas y sin un proceso final de los cuerpos.
La pandemia también ha sido muestra de la liviandad política del gobierno. Por un lado, dos miembros del gabinete -la secretaria de la Función Pública, Irma Eréndira Sandoval, y ahora Ricardo Sheffield, procurador del Consumidor-, han resultado positivos de Covid19, al mismo tiempo que el hijo del director de la CFE, Manuel Bartlett, y la jefa de Gobierno de la Cdmx, Claudia Sheinbaum se acusan mutuamente de estar inflando los costos de los ventiladores para atender a pacientes graves. La corrupción brota por todas partes.
Llegamos a la fase crítica. Mientras miles de mexicanos luchan por conservar la vida, el Presidente sólo está ocupado por conservar el poder.
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