Desde hace varios días, diversas personas me han contactado para externarme con preocupación, la reducción que han visto en el rendimiento de sus Afores; hay quienes también se quejan, con justa razón, que se incrementó la retención del Impuesto Sobre la Renta (ISR) en las cuentas de ahorro y/o inversiones, del 0.46% que se pagaba en 2018 al 1.04 por ciento en la actualidad. No está de más que les echen un ojo a sus estados de cuenta.
Analistas financieros afirman que uno de los factores que incidieron en la baja de los rendimientos de las Afores, a partir del pasado mes de diciembre, fue la cancelación del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad México (NAIM). No es un tema menor dado que las Afores son instituciones financieras que administran –y subrayo administran-, los recursos de las cuentas de ahorro para el retiro a nombre de los trabajadores. Por eso, entre más dinero se pueda ahorrar a lo largo de la vida laboral, mayor tranquilidad se tendrá cuando se llegue al retiro. Sin embargo, aquellas afores que “invirtieron” el futuro de millones de mexicanos en el aeropuerto, los hicieron perder drásticamente en sus bolsillos.
Que no nos extrañe que los promotores de la cuarta transformación se escudarán diciendo que es responsabilidad de cada trabajador elegir correctamente su Afore pues, representa una de las decisiones financieras más relevantes en la vida de todos los ahorradores del Sistema de Ahorro para el Retiro (SAR), aunque lo cierto es que no está en manos de los trabajadores decirle a las Afores dónde si o dónde no invertir, porque por eso son ellos los expertos. Sería bueno que las autoridades responsables de regular dichas instituciones nos digan, a la brevedad, cuál fue el gran total que se perdió, dado que hay casos de por lo menos dos mil pesos menos sobre lo ahorrado, por cuenta.
Así, aunque para MORENA la cancelación de la construcción del nuevo aeropuerto en Texcoco ya era prácticamente cosa del pasado, hoy comprobamos a través de los estados de cuenta, que sus malas decisiones han impactado en millones de hogares y que, una vez más, esconden la cara ante un tema tan complejo que tiene molestos a cientos de miles de trabajadores. Si no se hubiesen empecinado en cancelar el Aeropuerto para construir Santa Lucía, este descalabro financiero no se hubiese dado. Quien creía que la cancelación de los trabajos de la nueva terminal aeroportuaria solo les pegaría a las carteras de los fifís, se equivocaron: afectaron también a la base trabajadora.
Y contrario a cualquier dinámica, este nuevo gobierno desincentiva la cultura del ahorro, pues ahora, quienes tengan esa capacidad y buen hábito, tienen que pagar más impuestos por los intereses ganados. Para muchos pasó desapercibido que, en la Ley de Ingresos de la Federación, se estipuló que durante el presente ejercicio fiscal la tasa de retención anual a que se refieren los artículos 54 y 135 sería del 1.04 por ciento, hasta que revisaron, una vez más, sus estados de cuenta. ¿Será que pretenden que la gente vuelva a guardar su dinero bajo el colchón o de plano que ya nadie pueda ahorrar para evitar conductas “neoliberalistas”, “capitalistas”, “antisocialistas”?
La gran pregunta es hacia dónde nos lleva la mal llamada Cuarta Transformación
con sus malas decisiones. La visión de país que tienen le está comenzando a pegar al bolsillo de la gente, muchas de las cuales votaron por ellos. Una vez más, esperamos, rectifiquen el camino, por el bien de México.
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