"Como en la célebre obra de Bárbara Tuchman, ´La marcha de la locura’, ciegamente nos encaminamos hacia un error histórico similar de aceptar una reunión, solicitada por un mandatario extranjero en tiempos electorales, que utiliza la excusa de un acuerdo comercial como trofeo electoral, a la que Trudeau no se va a prestar", advierte el diplomático Agustín Díaz Canet –esposo de la embajadora de México en Estados Unidos, Martha Bárcena-, respecto de la visita del Presidente López Obrador a Estados Unidos en los próximos días.
“Si López Obrador de verdad no quiere que Trump lo use como un póster de propaganda electoral, lo más inteligente es posponer la visita hasta después de las elecciones estadounidenses”, publicó este sábado el periódico de New York Times.
No hay una sola opinión favorable de la visita presidencial a Estados Unidos. Legisladores federales, diplomáticos, líderes comunitarios mexicanos y defensores de inmigrantes han expresado su rechazo por las implicaciones y consecuencias de una visita del mandatario mexicano a Washington para reunirse con Donald Trump, a la que asistirá ataviado del confeti y la matraca del partido republicano.
En un insulto a la inteligencia, el Presidente y la Cancillería han insistido que se trata de una visita oficial para promover el T-MEC entre México, Estados Unidos y Canadá –la visita no está en la agenda del Primer Ministro de Canadá, Justin Trudeau- y que nada tiene qué ver con el proceso electoral estadunidense. “La política es como caminar siempre en la cuerda floja; hay que correr riesgos y hay que tomar decisiones”, justificó López Obrador.
Sin embargo, el Presidente no está tomando un riesgo. Está obedeciendo los intereses del candidato republicano, por lo que su viaje a Washington no será una visita de Estado sino para participar de una campaña electoral a favor del presidente norteamericano más repudiado en el último medio siglo a causa de su racismo, particularmente en contra de la población mexicoamericana.
A lo largo de su historia personal y de su gobierno, Donald Trump ha realizado constantes agresiones hacia los inmigrantes de origen mexicano. En la vida de millones de migrantes de nuestro país están las escenas de las detenciones violentas, de la separación de familias, del confinamiento de niños en jaulas para ser deportados, y por supuesto, el levantamiento de un muro que no es más que la expresión del racismo y su desprecio por México.
Como ha dicho Díaz Canet, buena parte de la comunidad mexicana se sentirá abandonada por nuestro gobierno –en realidad ya lo están-, ante los ataques racistas de funcionarios estadounidenses, si durante su visita no hay una respuesta firme de nuestro gobierno. Hay 36 millones de estadunidenses de origen mexicano, de los cuales 20 millones son posibles votantes; agraviados también millones de jóvenes de origen mexicano a los que Trump pretende deportar con la cancelación del programa DACA.
La sumisión de López Obrador le impide observar lo evidente. Pretender inclinar la balanza en favor del Presidente Trump en este clima político no parece ser la mejor apuesta. Si las elecciones presidenciales en EUA fueran hoy, el candidato del Partido Republicano las perdería por amplio margen. La última encuesta publicada por el NYT indica que Biden tiene una ventaja de 14 puntos sobre Trump. El 50% de los votantes encuestados prefieren a Biden y sólo el 36% prefiere a Trump.
Hace cuatro años, cuando en plena campaña electoral el Presidente Peña Nieto recibió al entonces candidato Donald Trump, se desató una crisis política que le costó la cabeza al canciller Luis Videgaray. Entonces, uno de los más feroces críticos de la visita fue el propio López Obrador quien utilizó los calificativos que hoy le han impuesto a él mismo: sumisión, humillación y error estratégico.
El viaje de AMLO a Washington -el primero que realizará al extranjero- es un “volado" donde con “águila”, México pierde y con “sol” también. Si gana Biden, nos lo cobrará caro; de ganar Trump, seguirá agraviando a los mexicanos migrantes y chantajeando a AMLO, quien con tantito se dobla. ¡Es un juego perder-perder!
O ¿acaso el súbito contagio de Covid19 del Secretario de Hacienda es una coartada para echar abajo la visita a Washington? De ser así, la pandemia le sigue cayendo a la 4T como anillo al dedo.
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