La decisión de postergar en la Cámara de Diputados la discusión sobre la reforma a la Ley del Banco de México aprobada por la mayoría morenista del Senado de la República el miércoles 9 de diciembre, sólo vino a confirmar el despropósito del Gobierno Federal de convertir al Banxico en la moderna lavadora “chaca-chaca” de dólares de la 4T.
Esta reforma permitiría a los bancos y casas de cambio de nuestro país la compra libre e ilimitada de dólares, al mismo tiempo que obligaría al Banco de México a comprárselos. Sin embargo, también abriría la puerta a millones de dólares en efectivo que circulan en México y que provienen del tráfico de drogas u otras actividades ilegales.
La propuesta morenista ha causado escozor hasta en el gabinete económico del Presidente, al grado que, tanto el titular de la Secretaría de Hacienda (SHCP), como el de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), hicieron público su apoyo a la decisión de los diputados federales de aplazar hasta febrero el análisis y discusión de la reforma.
Es de significarse también la opinión de Santiago Nieto, quien dijo que la Ley de Banxico “debe analizarse en una discusión más amplia y técnica que permita enfrentar el problema de los dólares en efectivo y la necesidad de su incorporación, sin generar riesgos de lavado de dinero”.
Está claro que el titular de la UIF, es el menos convencido de la suposición de que la obligación que se pretende imponer a Banxico está vacunada por controles anti-lavado de dinero. Nadie, en su sano juicio, creería que los controles actuales de las instituciones financieras en nuestro país son a prueba de balas dado que, en la mayoría de los casos, no hay forma de validar que el origen legítimo de los dólares que están comprando.
La agencia Moody’s, por su parte, advirtió que la aprobación de esta ley en la Cámara de Diputados, sería negativa para la calificación de México y socavaría la estabilidad económica del país. El propio Banxico ha advertido que la reforma sería una amenaza a su autonomía y lo pondría ante el riesgo inminente de lavar dinero ilícito, lo que incluso supondría sanciones de organismos internacionales y el gobierno de Estados Unidos.
En un caso extremo, si un juez norteamericano encontrara indicios de que una institución financiera recibió dólares del narcotráfico y estos fueron a parar al Banco de México, las propias reservas podrían ser congeladas, lo que abriría un intenso debate legal sobre la extraterritorialidad y los alcances de las justicia en ambos países.
De aprobarse en sus términos actuales, se romperían todos los controles establecidos para evitar el ingreso de “dólares sucios” al sistema financiero; contrario a lo que pretende el Presidente, estos millones de dólares que ingresarían a las reservas internacionales no aliviarán la debilidad de las finanzas públicas, consecuencia de alimentar la manada de elefantes blancos –Santa Lucía, Tren Maya o Dos Bocas-, los únicos que no se han contagiado de la pandemia.
Hasta hoy, los bancos sólo pueden intercambiar 300 dólares al día por cliente para evitar que los dólares de procedencia ilícita entren al sistema bancario y circulen de manera legal. El límite mensual es de mil 500 dólares y, si son clientes del banco, pueden hacerlo hasta por 4 mil. Además, para vender sus dólares, una persona debe mostrar una identificación y su transacción queda registrada. No hay banco o casa de cambio que se arriesgue a una sanción por incumplir estas normas.
Asumir el riesgo que supone esta nueva ocurrencia cuatroteísta, puede generar eventuales sanciones por parte de autoridades reguladoras de otros países, sanciones que a su vez pueden generar episodios de nerviosismo en los mercados financieros y con ello un impacto contra la estabilidad del peso mexicano.
Desde el púlpito presidencial, el presidente López Obrador celebró que en la Cámara de Diputados aplazáramos hasta febrero del próximo año la votación de la iniciativa, sin embargo, acusó falsamente que el Banco de México sólo sirve para controlar la inflación y favorecer a las grandes empresas.
¿Ahora pretende que se ponga a lavar dólares? Para ello, el gobierno ha puesto la lavadora, Morena el detergente y ahora esperan que los diputados federales de la 4T enciendan el switch de encendido. El lavado de dinero crecerá como la espuma.
No quiero dejar pasar la oportunidad para desear a todas las familias veracruzanas que durante esta Nochebuena y la Navidad gocen de paz, alegría y de mucha salud, esperando que el 2021 nos permita alcanzar todos nuestros propósitos.
¡Muchas felicidades!
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