Por Héctor Yunes Landa
Ayer marchamos porque queremos que los gobernantes se elijan en las urnas y no en las calles a golpe de tolete. Nuestro país no debe volver a vivir la incertidumbre del resultado y la violencia pos electoral. Sólo el INE garantiza que la alternancia en una elección se realice de manera legal y pacífica. El Plan B no.
Los mexicanos queremos que el próximo 2 de junio de 2024 podamos asistir a las urnas con las mismas garantías de legalidad, certeza e imparcialidad.
Por eso millones de mexicanos, muchos de ellos electores arrepentidos de haber sufragado en 2018 por Morena, salimos a las calles en casi un centenar de ciudades en el país. Lo hicimos con un propósito: evitar que el presidente López Obrador logre destazar al INE como condición necesaria para realizar una elección de Estado.
El objetivo de la marcha fue la defensa de la democracia. Nadie fue acarreado. Nadie marchó a favor de la corrupción, por la defensa del viejo régimen o por el conservadurismo: ni siquiera en contra del gobierno de López Obrador. Todos esos son clichés del desvarío y fundamentalismo ideológico presidencial.
Nuestra lucha es simple: queremos llegar a la urna y que se encuentre en el mismo lugar de siempre; que nuestro nombre aparezca en la lista nominal y podamos votar en libertad; que los funcionarios de casilla estén capacitados para recibir y contar los votos de manera correcta.
También exigimos que los paquetes electorales se resguarden y se garanticen cómputos que confirmen al candidato ganador; y que el gobierno y los partidos políticos respeten el resultado.
Una elección bajo las reglas impuestas por el Presidente a través de su malévolo Plan B, representa el riesgo de que no se instalen las 160 mil casillas necesarias para las elecciones de 2024; si en algún distrito no se instala el 20% de las casillas, ahí la elección sería anulada.
Con el Plan B, la capacitación de los funcionarios de casilla será deficiente; no se garantiza el conteo oportuno y certero de los votos, y peor aún, existe el riesgo de que los paquetes electorales se pierdan el día de la elección. Queremos que estas tareas las haga el INE y no el gobierno a través de la Secretaría de Gobernación, la Guardia Nacional o el Ejército.
Con el Plan B, la próxima elección presidencial sería la más cuestionada en la historia del país, incluso más que las polémicas jornadas de 1988 y el 2006.
Una elección de Estado nos llevaría a una peligrosa encrucijada: la imposición de un régimen corrupto y autoritario o un estallido social que llevaría al país entero a una crisis social, política y económica como sucede hoy en otros países con gobernantes afines a López Obrador.
Ayer marchamos a favor de la diversidad política, de elecciones libres, de la genuina competencia, de Congresos e instituciones autónomas, de gobiernos legítimos y democráticos y del ejercicio de nuestras libertades.
Nunca más un organismo electoral sometido a la voluntad del Presidente. Nunca más un país de caudillos y de un solo partido. Nunca más elecciones de Estado.
La puntita
Los invito a la conmemoración del Día Internacional de la Mujer el próximo domingo 5 de marzo a las 11 horas en el teatro Clavijero de la ciudad de Veracruz, con la participación de mis queridas amigas Dulce María Sauri Riancho, Beatriz Pagés, Josefina Vásquez Mota, Patricia Mercado, Lía Limón y Angélica de la Peña sobre “El Derecho al Cuidado”. Confirma tu asistencia al 229 116 0577. |
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