Por Héctor Yunes Landa
Este domingo Tito Delfín Cano, exalcalde de Tierra Blanca, celebró su cumpleaños, el segundo desde la prisión donde fue recluido como parte del autoritarismo y la persecución que el gobierno de Veracruz ha impuesto a sus adversarios y enemigos.
Tito Delfín no es un delincuente. Es un preso político. No cometió ningún delito. Cometió el pecado de desafiar el dogma del cuatroteísmo. Su penitencia ha sido la persecución y la cárcel en Pacho Viejo. Así lo ha confirmado la propia justicia federal.
Tito Delfín fue detenido el 27 de noviembre del 2021 en un retén en la carretera Álamo-Cazones luego de concluir un mitin político en el municipio de Álamo. Entonces fue acusado de incumplimiento de un deber legal, abuso de autoridad y fraude durante su gobierno como alcalde de Tierra Blanca.
No debió estar un solo día en la cárcel. Ninguno de estos delitos ha sido probado.
El 24 de septiembre del año pasado, Tito obtuvo su libertad. Sin embargo, pocas horas después de haber conseguido la modificación en su medida cautelar, el exalcalde fue reaprehendido por policías ministeriales acusado de delitos ambientales en contra de la seguridad colectiva.
En abril pasado, nuevamente obtuvo un amparo en contra de la vinculación a proceso por la posible comisión de estos delitos, acusación que hoy lo mantiene ilegalmente preso. Si bien la medida no determina su responsabilidad o inocencia, las violaciones al debido proceso obligó a la reposición de la audiencia de vinculación.
La historia de Tito Delfín es la misma que la de otros presos políticos en Veracruz como son los casos del exsecretario de Gobierno, Rogelio Franco Castán; y de la expresidenta de Ixhuatlán del Café, Viridiana Bretón Feito, y hasta de la juez Angélica Sánchez.
Para llevarlos a prisión, el gobierno de Cuitláhuac García utilizó a la Fiscalía del Estado y al Poder Judicial para fabricar delitos, ejercer tortura, realizar detenciones ilegales e incluso someterlos a aislamiento, violando sus derechos humanos, el debido proceso y la presunción de inocencia.
Esto ha sido posible gracias a que el gobierno morenista desterró de Veracruz el Estado de Derecho e impuso un régimen de autoritarismo que desconoce la ley y desafía a las instituciones.
Apenas el viernes pasado un órgano regional del Poder Judicial de la Federación (PJF) aprobó una jurisprudencia obligatoria que elimina la prisión preventiva forzosa en 18 estados de la República. Veracruz no está entre ellos.
El PJF resolvió que los jueces que reciban amparos de personas procesadas por delitos con prisión preventiva de oficio, deberán conceder suspensiones provisionales y fijar una distinta para que lleven su caso fuera de la cárcel. Esas medidas pueden ser desde la libertad provisional, la prisión domiciliaria o la imposición de un brazalete electrónico.
Los presos políticos continuarán en prisión hasta que la justicia federal los proteja de manera definitiva.
Muy pronto Tito Delfín podrá seguir su proceso en libertad y celebrar su cumpleaños en compañía de su familia. Estará entre nosotros construyendo un frente amplio opositor para echarlos de Palacio de Gobierno.
La puntita
Sin el manto protector del presidencialismo imperial ni de los cargos que ostentaban, empiezan a flotar del pantano de la corrupción las oscuras historias de las “corcholatas” presidenciables y hasta de quienes aspiran a gobernar Veracruz desde el cuatroteísmo. |
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