¿Si la unión, hace la fuerza, la desunión que hace, que efectos genera en un partido político que gracias a la primera llego al poder?
Porque las cosas en MORENA no están marchando bien. No necesitamos probárselos a sus militantes cuando los pleitos arrecian entre la cúpula de ese partido y arrastra con ello a la militancia, que van unos con la dirigente nacional Yeidckol Polevnsky y otros con el senador Ricardo Monreal.
Divididos y confrontados andan, entre dimes y diretes que sorprenden a la militancia de ese instituto político que son buenos para defenderse de las criticas que sus opositores les realizan, pero que se quedan callados ante los cañonazos que se tiran la dirigente nacional y el presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado de la República; la primera calificando de sabandijas a muchos morenistas, y el segundo defendiendo a la militancia.
“Son muchas las sabandijas que se nos han infiltrado, son muchos los que le están echándole el ojo al partido de una manera mezquina y perversa, porque están pensando que el partido tiene mucho dinero” afirmo en días pasados la dirigente nacional Yeidckol Polevnsky, aseveración que desde mi punto de vista tiene razón, porque observamos en los Estados que efectivamente, muchos y muchas de los que militan en MORENA lo hacen de manera oportunista, de manera mezquina, tratando de sacar provecho personal de esa militancia, antes que para luchar por el bien común, que tanto pregona Andrés Manuel López Obrador.
Por si ese calificativo de Sabandijas fuera poco, Polevnsky añadió: “Están desatados también porque ven el poder y muchos se dedican a vender candidaturas, por eso están desatados”, sin precisar, claro esta, nombres de esos Morenos que lo andan haciendo y dejando que gravite la acusación en el limbo, como para culpar a todos y ninguno al mismo tiempo, por si la llama a cuentas AMLO, pero dejando clavada la flecha directamente en hombres y mujeres del partido color pantone que no se identifican con su ideología, simple y sencillamente porque muchos de ellos vienen del PRI, del PAN, del PRD y vieron en MORENA, el vehículo para seguir haciendo de la política, su modus vivendi.
Claro que tiene razón Yeidckol en calificar algunos y algunas morenistas de sabandijas, entendida la palabra como “una persona despreciable”, según el diccionario, y mire que si usted les pregunta a decenas de seguidores de Andrés Manuel sobre si la dirigente nacional tiene razón le contestarán que si. Baste ver en Veracruz como diputados, diputadas y funcionarias del gabinete de Cuitláhuac García Jiménez hacen todo lo contrario a la cartilla moral de AMLO, a los principios de MORENA, y ya montados en el poder, han colocado a toda su familia en cargos públicos, cuando era estribillo de sus campañas luchar contra esos vicios.
Entiendo, desde luego, la respuesta que da Ricardo Monreal a la dirigente nacional de su partido, porque en MORENA ni son todos los que están, ni están todos los que son, y era necesario salir a dar la cara por aquellos morenistas de buena fe y honestos “que se esfuerzan por construir un país distinto”, como bien lo apuntara el líder de los senadores de ese partido.
Lo cierto es, como resultado de este enfrentamiento verbal que desataron Yeidckol y Ricardo, que MORENA sufre su primera catarsis de las muchas que le vaticino, y que la irán depurando y con ello, perdiendo fuerza entre la sociedad nacional. 2021 no será jamás 2018, vaya o no vaya AMLO en la boleta electoral (ahora que ya la Cámara Baja aprobó la revocación del mandato).
La historia me juzgara al siguiente día de la elección de ese año. Los 30 millones de votos a nivel nacional y los dos millones en Veracruz quedarán como un vago sueño, que miles de morenistas cuestionaran si fue real o no. |
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