En 143 días Los Estados Unidos realizarán su quincuagésima novena elección, donde los y las ciudadanas con capacidad para votar elegirán a 437 representantes (diputados), a 34 Senadores, así como al presidente y vicepresidente de esa importantísima nación, a nivel federal, independientemente de cargos locales en sus estados.
El martes 3 de noviembre por la noche el mundo sabrá si Donald Trump fue reelegido, o se alza con la victoria el candidato del partido demócrata Joe Biden, quien formalmente este fin de semana alcanzo la nominación por ese partido, y solo queda pendiente saber su compañero de fórmula (vicepresidente), que estaría entre el senador Bernie Sanders, o la senadora por el estado de Massachusetts Elizabeth Warren, desde mi análisis.
Sanders, según mi óptica, tiene los mejores atributos y poder de convocatoria para serlo. Fue precandidato puntero gran parte de las elecciones primarias, hasta que el resto de los precandidatos y precandidatas de ese partido empezaron a declinar a favor de Biden, bajo el tufo que el senador por el estado de Vermont era una amenaza a la estabilidad económica de Los Estados Unidos, por sus ideas socialistas.
Reflexivo como es, Sanders vislumbró que el peligro real para su país es la probable reelección del actual residente de la casa blanca, antes que su propia candidatura, y en aras de lograr la unidad del partido demócrata y el fortalecimiento de sus simpatizantes y posibles votantes, decidió retirar su candidatura, muy a pesar del gran apoyo que tiene sobre todo entre los jóvenes debido a su propuesta enérgica, muy diferente a la normal en el seno de la política norteamericana, porque les propuso que el Estado les pagara las colegiaturas a los universitarios (carrera universitaria), en un gran viraje del capitalismo estadounidense tradicional que ha prendido entre los jóvenes del país, asediados por las deudas que ellos o sus padres tienen que contraer para poder pagar la universidad, y que los deja al terminar su carrera profesional endeudados y harto preocupados por su futuro económico.
Tiene, además, miles de simpatizantes en la base social clase mediera norteamericana por otra propuesta que desde el Senado de Los Estados Unidos ha reiterado, para que el Estado cree un sistema público de salud (gratuito), donde se atienda a todas aquellas familias que no tienen para pagar los carísimos seguros médicos y por ello, les niegan la atención hospitalaria cuando quebrantan su salud.
Pero en una nación que siempre ha sido individualista y escéptica de un gobierno fuerte y activo en beneficio social, es mas seguro que la candidata a vicepresidente por el partido demócrata seá la senadora Elizabeth Warren, que de no ser por los yerros constantes que viene cometiendo el presidente Trump (y mas ahora con el mal manejo que ha realizado con la pandemia del coronavirus), abonaría tal decisión a una probable reelección del multimillonario magnate de la construcción.
Empero todos los errores que un día si, y al otro también ejecuta el presidente, hoy ya candidato de nueva cuenta del partido republicano Donald Trump, hacen ver que ésta se aleja cada vez mas de sus probabilidades, y crece la posibilidad del triunfo del partido demócrata y su candidato Joe Baiden, y con ello la esperanza que el trato hacia México pudiera ser otro: de respeto y no de ultrajes; de dialogo y no amenazas unilaterales; de cooperación comercial antes que imposición de aranceles; de país amigo en el combate a las drogas si, pero también en el de la restricción a la venta de armas a lo largo de toda la frontera México-norteamericana.
Las encuestas van mostrando esa ruta del probable triunfo demócrata en las elecciones del ya cercano 3 de noviembre: (*)
(*) fuente: EE:UU: 20202 ELECCIONES PRESIDENCIALES
ENCUESTAS DE OPINIÓN A NIVEL NACIONAL
Alberto Calva//Acus Consulting//4 de junio de 2020 |
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