Andan sobrados, andan soberbios, mentalizados que para todos ellos (as), la derrota no se encuentra en el orden del día.
Se desenvuelven y actúan como si estuvieran en un juego de futbol, donde van ganando 10 a cero; el equipo contrario cuenta solo con 8 deportistas en la cancha y el árbitro, para variar, lo tienen comprado.
Se sienten amos y dueños del territorio nacional y por eso hacen y deshacen a su antojo, porque están conscientes, por los efectos que han dejado sus acciones, que quien debería ponerlos en orden y sancionarlos por tantas trapacerías que realizan, que ejecutan, no lo hacen, y eso los envalentona más.
Estamos en los prolegómenos de un ¡Sálvese el que pueda!, el que tenga las posibilidades de hacerlo, que lo haga, no sea que le vaya a pasar lo que a la jueza Angélica Sánchez Hernández, que por cumplir un mandamiento federal, fue detenida, luego liberada por >falta de pruebas, a pesar de lo que ella manifiesta, que la hicieron disparar un arma para acusarla de tentativa de homicidio contra sus policías captores<, y apenas el viernes, vuelta apresar en la ciudad de México, justo cuando se dirigía al edificio de La Suprema Corte de Justicia de la Nación, para solicitar una audiencia con algún togado, y llevaba un amparo bajo el brazo que, las mujeres y hombres policías se lo pasaron por el arco del triunfo, insisto, porque sus jefes andan, con estos calores, que echan espuma por la boca, o lo que es lo mismo, que no hay nada ni nadie por encima de ellos y ellas.
Observo que todo este conjunto de acciones está premeditadas, planeadas, que llevan pues un objetivo, una advertencia al Poder Judicial Federal, que vean de lo que les puede suceder si no se someten a sus decisiones.
¡Mira lo que le hago a una jueza en Veracruz, que anda de parlanchina por todas partes, poniendo en mal al gobierno!
Si ya en una misa mañanera se admitió, que el Ejecutivo Federal presiono a cinco magistrados de la Suprema Corte para que votaran como él se los estaba diciendo, pues ahora pongan sus barbas a remojar si siguen de “valientes” y no se someten a sus órdenes.
La detención de la jueza veracruzana es un claro mensaje al Poder Judicial Federal, a todos los que caben en esa pirámide, y que han estado votando contra acciones de inconstitucionalidad surgidas del gobierno federal y sus adláteres en los gobiernos locales en el país.
Nos han llevado a tierras pantanosas, donde más temprano que tarde terminaran ahogándose en sus propios lodos, no me cabe la menor duda de ello, pero mientras, habrá que aguantar, tendremos que ir a comprar a la farmacia 20 centavos de paciencia, prudencia, reflexión y valor para no doblarnos ante los embates de los que el poder los mareo, ensoberbeció, y a varios de ellos y ellas, enloqueció.
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