Me entero a la distancia, muy lejos de donde nos conocimos y luchamos por construir un régimen superior, donde estuviera de mejor manera distribuida la riqueza, y que fueran todos estos años, lustros, décadas, el mejor escenario para conocernos, primordialmente los de la adversidad, porque siempre fuimos a contracorriente.
Militamos ambos en el Partido Popular Socialista y fue allí, y luego en Movimiento Ciudadano, donde este gran locutor profesional dio sus mejores batallas políticas, con una visión del acontecer local, estatal, pero sobre todo nacional, que recurría, con determinada frecuencia, >más cuando se fue a laborar al grupo radiofónico “Pazos” en sus radiodifusoras<, a preguntarle su opinión sobre algunas decisiones que debía tomar, cuando por 9 años fui dirigente estatal del partido solferino.
Era muy perceptivo y acertado.
Sus diferentes patrones de esa industria, siempre le dieron la tarea de entrevistar a los diferentes políticos y candidatos cuando visitaban las estaciones de la radio, por su agudeza para dirigir la pregunta, siempre buscando que los que estaban escuchándola, conocieran al hombre o la mujer que deseaba algún cargo de elección popular, si realmente estaban preparados para desempeñarlo, o simplemente eran unos charlatanes.
Formó una familia más tarde en Perote, y para disfrutarla, tomo la difícil decisión de abandonar su profesión de locutor -con licencia de la secretaria de gobernación-, y retomó su oficio de joven en Altotonga: sastre, que con la fama que tenía su hermano Ángel y luego él, puedo comentarles que por lo menos dos gobernadores los citaban en palacio de gobierno para que les tomaran medidas y les confeccionaran esas piezas, y ni qué decir del enorme trabajo que tenían en ese renglón, con clientes de la ciudad de Xalapa y el puerto de Veracruz.
Perote siempre fue difícil políticamente para el PPS y posteriormente para Convergencia. Para el primero porque era cuando el PRI era dueño de todo el aparato electoral, y había dos familias que dominaban el escenario político: Los Yunes y los Ortega, así que le di la tarea de construir el partido allí convirtiéndose en un verdadero soldado-militante, y cuando lo logró, paso a convertirse en nuestro eterno representante ante el IEV y luego el OPLE, dando batallas con su hija Abril trascendentales, de no dormir tres días por cuidar las urnas electorales y defender de esa manera nuestros triunfos.
Pase largas horas en su sastrería, componiendo juntos el mundo, y felicitándolo siempre porque era el vocero oficial de Movimiento Ciudadano con sus clientes, a quienes les repartía el periódico, la revista, y el mensaje de todas las actividades que realizaban allí, en Veracruz y en el país nuestros dirigentes y funcionarios.
Sus males empezaron con la maldita enfermedad del covid, que milagrosamente lo superó, pero que le dejó secuelas que nunca lo dejaron en paz, y supongo fueron los que minaron su fortaleza física, a tal grado que por acá, extremadamente lejos, me cimbra el pasado viernes su deceso, y decido de inmediato tomar el lápiz y deslizarlo para recordarlo, como un justo reconocimiento a su trabajo limpio y de lucha por construir, desde nuestras trincheras, una patria justa y generosa por los que menos tienen.
Creo que los dueños de este medio lo entenderán, y darán paso a este breve homenaje público que le rindo a mi amigo y camarada, don Raúl Sayago, a quien siempre recordare por su congruencia entre el decir y el hacer.
¡Descanse en paz estimado Raúl!
Por Helí Herrera Hernández
plazacaracol@hotmail.com
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