En mi memoria retumba el grito del entonces Candidato a la Presidencia de la República, Andrés Manuel López Obrador, ante miles de maestros mexicanos: “…de la Reforma Educativa de Peña Nieto no quedará ni un punto, ni una coma…”. Así, el magisterio nacional estuvo aguardando la contrarreforma educativa para que pudieran volver a proponer a sus hijos en sus plazas, para que los sindicatos magisteriales tuvieran la oportunidad de reivindicarse con sus agremiados.
En este mes que termina, vimos el debate intenso en la Cámara de Diputados sobre la aprobación de las tres leyes secundarias en materia educativa. Vimos a la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), bloqueando las instalaciones del poder legislativo y privando de su libertad no tan sólo a los empleados y diputados, sino a toda persona que estuviera dentro del edificio, incluyendo niñas y niños.
Observamos la postura del panismo, priísmo y perredismo de defender, como al inicio del periodo presidencial de Peña Nieto, la evaluación docente y los concursos de plazas de ingreso y promoción. Escuchamos a la mayoría legislativa de Morena, además de sus conflictos existenciales internos, desgarrarse porque la promesa de su entonces candidato, ahora Presidente de la República, se cumpliera a carta cabal: ¡Debe caer la Reforma Educativa!.
Escuchamos a los medios de comunicación, liderados por Televisa, TV Azteca y hasta el más crítico del sistema Don Pedro Ferriz de Con, afirmar que con la aprobación de la Ley General del Sistema para la Carrera de las Maestras y los Maestros -cuyo nombre me recordó a Vicente Fox-, la CNTE, el SNTE y el resto de los sindicatos magisteriales volverían a tener el control de las plazas, que el hecho de que a los normalistas se les asignara su plaza directa es fomentar el vandalismo que se inculca en las Escuelas Normales, que ya no habría evaluación docente y entonces donde se dejaba la calidad de la educación.
¡Santo Dios!, perdón, me resbalé, se me olvidó que la educación es laica. Corrijo, en forma seria al leer el texto de la Ley General del Sistema para la Carrera de las Maestras y los Maestros, y de la Ley Reglamentaria del Artículo 3° de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en materia de Mejora Continua de la Educación, vuelvo a la realidad:
1.- Se mantiene la evaluación docente, pero ahora denominada “Evaluación Diagnóstica”, aunque debe reconocerse que se le quitó lo punitivo sobre la permanencia laboral.
2.- El ingreso al servicio educativo se mantiene por evaluación –claro sólo se cambió su nombre al de “proceso de selección”.
3.- Los egresados de las normales –los cuales Don Pedro Ferriz le aclaro: no son bandoleros ni guerrilleros-; no tendrán un pase directo a las plazas, pero sí se les dará preferencia en el proceso de selección, lo cual a mi gusto es valorar en su justa dimensión a las Normales Públicas, como a nuestra Benemérita Escuela Normal Veracruzana “Enrique C. Rébsamen”.
4.- Los cargos directivos y de supervisión, de apoyo técnico pedagógico y de asesores técnicos, continuarán asignándose por examen.
En fin, en mi pueblo se diría coloquialmente “es la misma gata pero revolcada” –o debería decir “pero morena”-. Aquí en Veracruz, escuché con atención la voz del SETSE, dirigido por el Profr. Genovevo Zapot, dirigiéndose a las Diputadas Federales, Presidente y Secretaria de la Comisión de Educación, para hacerles ver que en los proyectos iniciales de la ahora Ley General del Sistema para la Carrera de las Maestras y los Maestros, había aspectos que afectaban los derechos laborales adquiridos de sus agremiados y del magisterio veracruzano en general.
Ahora corresponderá al Secretario de Educación de Veracruz, Roberto Zenyazen, y los diputados del H. Congreso del Estado, generar la reforma a la Ley de Educación para el Estado de Veracruz, siguiendo las directrices de las citadas leyes secundarias en materia educativa. Ojalá que aquí, en casa, se integre un proyecto de Ley con la participación de los sindicatos magisteriales, con la participación de todo aquel ciudadano interesado en la educación de la niñez y juventud.
Por hoy, sólo me resta recordar al fundador del Diario de Xalapa, el periodista Ruben Pabello Acosta, y ante la pregunta de que si la Reforma Educativa ya cayó, diré: ¡Averígualo Vargas!. |
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