Estamos en el país del mundo al revés: donde el gobierno federal y sus corifeos ven una nación donde la población esta bien, vive bien, y esta feliz; mientras mas de cien millones de compatriotas sobreviven con sufrimiento, infelices, inseguros, con zozobra y mucha angustia.
En esos hogares donde habitan esos cien millones de mexicanos, la alta inflación se esta comiendo una parte de lo que antes ellos degustaban, pero también los esta haciendo volver a consumir las yerbas medicinales, como único remedio para aliviar los males que la desnutrición les esta gestando a sus cuerpos humanos, o para tratar las enfermedades modernas como el cáncer, el covid, la diabetes, el estrés, etcétera, porque sus salarios (los que tienen un trabajo), se ha pulverizado frente a este fenómeno económico, y ni que describir para todas y todos aquellos que ni trabajo tienen.
En los meses recientes he estado viajando constantemente a las comunidades a visitar a compañeros y compañeras de lucha, y al termino de nuestras charlas he convivido con ellos, compartiendo las viandas que amablemente me invitan, y las sorpresas que he tenido en la mesa con las familias, me las empiezan dando los pequeños del hogar, cuando me comentan que gracias a la visita que les hago, el papá o la mamá ordeno que tomaran un ave de corral y la guisaran, razón por la cual hoy en esa casa se iba a comer carne, después de varias semanas de solo estar comiendo habas, tlacoyos de alverjón o frijol, salsa con frijoles acalocotes con nauscasbio, porque ya no hay dinero para comprar un pedazo de carne de puerco, de pollo, o huevos, salvo aquellos que logran tener gallinas en el traspatio.
Hoy el poco dinero que llega a los hogares mexicanos (se junta el del padre, los hijos mayores que han tenido que buscar emplearse en algo), se utiliza para pagar la luz, la letra de la televisión en Elektra, comprar el agua que ya no hay en lugares donde antes abundaba, el tanque de gas, el maíz o la tortilla, los útiles escolares, y ropa de segunda mano, de la de paca, pero de la mesa, han desaparecido los blanquillos, la carnes de res, de puerco, las sopas, los refrescos y los sobres de agua de sabor, el aguacate, los limones y, lamentablemente los mejórales, las aspirinas, las ranitidinas, y todo tipo de medicamentos para enfermedades mayores.
En las ultimas semanas he observado que el problema va de mal en peor, y he optado por pasar, antes de llegar a la reunión, por comprar algunas latas de sardina, de sopas, y argumentando la dieta que ahora llevo, derivada por los malos hábitos alimenticios que heredé, por la actividad política que llevé desde los 18 años, llego con paquetes de panes, con carnes frías para compartirlos con la familias que al termino de la reunión, me invitan el te limón y unos frijolitos, porque hasta el café ha desaparecido de esas mesas.
En esas tienditas de la esquina, (abarrotes), o en las de conveniencia como ahora pomposamente les llaman (supermercaditos), los mismos empleados me han comentado que se han derrumbado sus ventas en por lo menos el 50 por ciento, porque las personas ya no asisten a comprar, o los que lo hacen solo llevan un 40 o 50 % de lo que antes compraban -en lugar de kilos de arroz, tortillas, frijoles, café-, piden medios kilos, y dos o tres huevos nada mas.
Los cambios en los hábitos de consumo de los mexicanos, están pasando a productos de consumo a granel sin proteínas, ni ningún otro nutriente que el ser humano requiere para tener una salud >estable<, y de allí están surgiendo las anemias en los hogares, el estres y otras enfermedades que terminan por aniquilar la fuerza de voluntad de vivir en esos hogares empobrecidos.
El Paquete contra la Inflación y la Carestía que pomposamente anuncio AMLO resulto un fiasco mas, de los muchos que su gobierno ha provocado, y que nos tienen metidos en la angustia, el miedo, la zozobra, la pobreza, el hambre, y lo que es peor, el desanimo de millones que piensan que este país, se esta incendiando, como lo ven en la televisión y en las redes sociales. |
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