Platicaba hace varios días con los expresidentes municipales de Tlapacoyan, Veracruz: Víctor Apolinar Hernández y Juvencio Romano Cortes, en una reunión que realizamos de la Fundación Lázaro Cárdenas en esa ciudad, sobre los resultados que tendrán las elecciones del próximo domingo 5 de junio, y si éstas fortalecerían o no a MORENA si obtuviera la mayoría de los triunfos, con rumbo a la madre de todas las elecciones, las de junio de 2024, y en consecuencia, si debilitan a la oposición, a grado tal de no tener posibilidad alguna de triunfo para éstas.
Les comenté a ellos y varios mas que se encontraban participando en la misma reunión, que sea cual fuere el resultado en Durango, Aguas Calientes, Tamaulipas, Quintana Roo, Hidalgo y Oaxaca, éstas no serán determinantes para la presidencial, porque cada elección es distinta por sus propias circunstancias, y porque las de 2024 dependerán mucho de los candidatos que surjan de los partidos políticos, de la solidez que éstos tengan después del proceso que tengan para nominarlos, así como del proyecto de nación que ofrezcan a la ciudadanía.
Una división o fractura de los institutos políticos, puede significarles el primer paso para la derrota.
Les puse el ejemplo añejo de la candidatura de Cuauhtémoc Cárdenas en 1988 que emergió de una división del otrora partido poderoso el PRI, y quien sin recursos económicos y con una pléyade de partidos pequeños gano la elección presidencial, cuando nadie apostaba por siquiera un rasguño para aquel partido de estado, y que solo el gigantesco fraude electoral ejecutado por Manuel Bartlett evito que se convirtiera en el presidente de México.
Les hable de MORENA, donde todos sus liderazgos trabajaron monolíticamente para sacar adelante el ejercicio de la Revocación de Mandato, y que lo mismo están haciendo para la elección venidera del próximo domingo, y que así lo harán para las dos elecciones de 2023 (Coahuila y el Estado de México). Pero les aseguré y lo reitero hoy aquí, que desde finales de ese año, MORENA ira desmoronándose, porque la decisión que tome >el gran elector< para decidir a su candidata o candidato presidencial, fracturará esa unidad que hasta hoy muestran, y sea quien sea, los no nominados, abierta o subrepticiamente se abrirán para buscar otros rumbos políticos con la oposición, que dependerá, para derrotar al partido de Andrés Manuel, de un excelente candidato a la
presidencia de la república, así como del programa de gobierno que este ofrezca al electorado, es decir, el camino, la ruta, las soluciones viables para sacar al país de la terrible y temible tragedia que vive México y los mexicanos, generada por el actual gobierno.
Esto último es esencial. No basta con tener a un excelente candidato o candidata a la presidencia de México, sino la plataforma electoral, es decir, el como va a resolver el problema de inseguridad que vive la nación de norte a sur y de oriente a poniente; el abc entendible, comprensible para la sociedad para que reflexionen si ese conjunto de medidas que aplicará el nuevo ejecutivo federal, lograra apaciguar la república.
Requerimos el proyecto de nación donde nos explique conque va financiar el desarrollo agrícola, industrial, artesanal, ganadero, educacional, ambiental, de salud, para generar el bienestar que exigimos decenas de millones de compatriotas, y desde luego, examinar si ese candidato o candidata, ya tuvo algún cargo de elección popular y fue exitoso en su gobierno, o forma parte de la mafia del poder que nos ha conducido al precipicio en que nos encontramos.
De nada sirve que ese candidato/a venga ahora a prometernos que resolverá los problemas que tenemos, si con su accionar coopero para el descalabro económico-social en el que nos encontramos.
Cárdenas en el 88 surgió como candidato presidencial apenas 8 meses antes de la elección; carecía de recursos para enfrentar la elección de estado contra Salinas de Gortari, pero fue su programa de gobierno (luchar contra el neoliberalismo y rescatar el programa económico-social surgido de la revolución mexicana) el que lo llevo a derrotar al sistema.
Requerimos, les dije, antes que el candidato o candidata, las propuestas y el programa para el crecimiento económico, el proyecto de nación que liquide el rezago social, y el como salir de la crisis, donde contemple el hacia donde queremos ir y, ahora si, con esa hoja de ruta, buscar al candidato que por sus resultados, coherencia, seriedad y honradez nos pueda conducir a ese país de epopeya que anhelamos. |
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