Cada semana y cada mes que pasa, la situación social en México augura escenarios de enfrentamiento entre la clase política gobernante, con los sectores afectados por las políticas públicas que viene aplicando.
Se viene cultivando una lucha de clases avivada, además, por el discurso beligerante lanzado de lunes a viernes, a partir de las siete de la mañana, desde palacio nacional, precisamente por la persona que tiene la obligación constitucional de mantener en paz al país.
Desde que logro el triunfo aquel primero de julio de 2018, el Ejecutivo Federal califica a todos los que no estén de cuerdo con él de conservadores, fifís, neoliberales, por decir lo menos, y un montón de apodos que han venido subiendo de volúmen y que, a estas alturas >casi dos años de su mandato<, ya reciben contestación de los afectados, en el mismo tono pero ya con rencor, que han generado una serie de acciones como las manifestaciones domingueras de clases medias y altas (FRENA), en sus autos, que han crecido a lo largo y ancho de la república.
La toma de las presas en el estado de Chihuahua es un claro ejemplo del rumbo que esta tomando la patria. El tono de los reclamos de los agricultores a elementos de la guardia nacional, y la forma como los obligan a desalojar las mismas enervó a tal grado algunos de ellos, que desembocó en la agresión a un matrimonio que culminó, lamentablemente, con el asesinato de la señora Jessica Silva y sitúa, toda esa región, en un estado de alerta, de estallido social, si no es tratado por personas inteligentes de cabeza fría, que no se dejen llevar por las calenturas de los amloistas o antiamloistas.
La resistencia al gobierno de la 4T va de brote en brote. La ultima semana la vimos en las instalaciones de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos; ayer en las visitas que el presidente realiza a las entidades federativas; y ya envalentonados uno y otro bando suben la escala de las descalificaciones a las amenazas: “mas vale que Enrique Krause y Héctor Aguilar Camín se callen o se vayan de México, que cambien de país”, amenaza Paco Ignacio Taibo 2, director del Fondo de Cultura Económica (funcionario del gobierno federal), un niño español que llego como refugiado a México en la era del franquismo y ahora
decide la suerte de mexicanos de nacimiento, desde el poder publico, del cual forma parte.
Lo confieso: yo veo ya dos Méxicos. Por un lado aquellos que jamás recibieron los beneficios de los gobiernos post/milagro mexicano, y que estaban muy ilusionados con el programa de gobierno de Andrés Manuel, que los conduciría a estadios superiores de bienestar social, y que dicho sea como justificación ya no fue posible ni hoy, ni en el resto de su sexenio, precisamente por la pandemia que destrozo todos esos sueños, y los otros, aquellos que fueron los beneficiarios directos del neoliberalismo aplicado por esos gobiernos de Miguel de la Madrid, Carlos Salinas, Ernesto Zedillo, Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto que hoy tienen que pagar impuestos, que ya no son rescatados financieramente, que disfrutaban impunidad para acabar pronto.
La crispación va en aumento porque ninguno de los líderes de estos grupos pone de su parte para apaciguar los ánimos, al contrario, el discurso polarizante del presidente profundiza la confrontación que de inmediato genera la respuesta de los otros, a través de los medios de comunicación, de los que son propietarios.
Y así, en medio de la inseguridad que vivimos, de la crisis sanitaria que ya supero los 70 mil fallecidos por la pésima forma que Hugo López Gatell maneja la pandemia, y porque lo peor de la crisis económica apenas viene, dado que de la clase media hacia abajo ya se acabaron sus ahorros o lo poco que podían empeñar, y no observo dentro del presupuesto federal 2021 los apoyos económicos gubernamentales para reactivar el ciclo capital-trabajo-consumo, se nos viene el periodo electoral que regionalizará los conflictos políticos que contribuirán a la inestabilidad política-social, donde vuelvo insistir, sin líderes que los sepan tratar para resolverlos pacíficamente, estallarán violentamente.
Nos encontramos en el sitio donde el gobierno y la oposición están buscando destruir al contrario a través del insulto, la descalificación y la burla, en lugar de invitar a sentarse para iniciar un debate serio, de argumentos y de diálogos que conduzcan acuerdos.
Donde quedo aquel López Obrador de 2005 (en el desafuero, por ejemplo), aquel estratega que siempre encontró rutas para superar sus propias adversidades, dándole la vuelta a los obstáculos que la oposición le colocaba y siempre alcanzando sus objetivos previstos (supero dos derrotas hasta alcanzar la presidencia).
Debo escribirlo: veo a un presidente distante de aquel que llamaba a sus opositores a >serenarse<. Lo veo mal y de malas; fuera de si, desesperado,
insisto, fuera de su zona de confort. Lejos, extremadamente lejos de aquel estratega de inicios de siglo que se agiganto ante los embates de sus adversarios.
Por Helí Herrera Hernández. plazacaracol@hotmail.com
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