Jalisco es el más claro ejemplo del comportamiento político de MORENA, que cuando pierde elecciones no lo acepta, y trata por todos los medios a su alcance de burlarse de la voluntad popular, pretendiendo revertir sus derrotas por las malas, antes que con el voto razonado y consiente de la sociedad.
En aquel estado, para empezar, MORENA le echo montón, como decimos popularmente, a MOVIMIENTO CIUDADANO, sumando aparte de sus tradicionales partidos paleros del PT y el Verde, a los partidos estatales HAGAMOS Y FUTURO, buscando, a como diera lugar derrotarlo y apoderarse de la gubernatura, así como de los principales municipios de esa entidad federativa, como su capital Guadalajara, y los otros de la zona conurbada.
5 contra uno, y eso sin contar el papel de partidos esquiroles que adoptaron el PRI, el PAN y el PRD, que se olvidaron en esa entidad que el enemigo era MORENA, y dirigieron una campaña de calumnias e infamias contra las candidatas y candidatos a los distintos cargos de elección popular federales y estatales del partido naranja, sin lograrlo, ya que el 2 de junio MOVIMIENTO CIUDADANO se alzó con la victoria por la gubernatura del estado con Pablo Lemus, aparte de ganar 40 de los más importantes ayuntamientos como Guadalajara, la capital, Tlaquepaque, El Salto, Arandas, Atlacomulco de Zúñiga, Ameca, Zapopan, entre otros.
El futuro gobernador Pablo Lemus obtuvo 1,626,941 sufragios contra 1,440,161 de Claudia Delgadillo de MORENA y los otros cuatro partidos. 43.17% (vs) 38.21%, 186 mil 780 votos de diferencia que esa misma noche del 2 de junio, en voz del ex priista Mario Delgado, ahora dirigente nacional de MORENA, alegaron desconocer, precisando que impugnarían los resultados porque estaban mal contados los votos (de ellos), y que exigirían el famoso estribillo amloista de voto por voto, casilla por casilla, dado que allí le darían la vuelta a la elección.
El mismísimo presidente Andrés Manuel López Obrador, en la mañanera del miércoles 17 de junio, ratifico tal propuesta de su partido, manifestando que “la única forma de validar cualquier resultado electoral donde haya dudas o inconformidades, es abriendo los paquetes electorales, recontar los votos, uno por uno, para legitimar el triunfo del que haya contado con el respaldo popular”.
Pero para Mario Delgado y MORENA, lo dicho por su líder López Obrador ya no es la solución, y pasaron, inexplicablemente, de exigir el recuento de los sufragios por “el fraude que MC y el Instituto Electoral Jalisciense cometieron en su contra”, a exigir la nulidad de las elecciones en Jalisco, pero solamente para el caso de gobernador del estado, mas no para la de senadores, donde ellos ganaron. En esa, como en todas las elecciones donde ellos triunfan, las elecciones son impecables, limpias, prístinas, diáfanas, pero donde pierden, pasan de gritar fraude electoral a exigir voto por voto casilla por casilla, y cuando la diferencia que les saca el candidato triunfador es abismal, pues entonces braman clamando una nueva elección, para como niño abusivo de secundaria convoque a todos sus cuates (PT-Verde-Morena-hagamos-futuro-pri-prd-pan), y así, ahora, todos en montón, derroten a Pablo Lemus y Movimiento Ciudadano.
Lo cierto es que en Jalisco hay un triunfador indiscutible, cuyo triunfo es irrefutable y no se permitirá ninguna nulidad de la elección, independientemente que MORENA sea así de marrullera, tramposa. Ese es su ADN, el que arrastran de su génesis priísta.
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