Concluye mañana este año dejando en cada familia mexicana un triste recuerdo.
Quien no sufrió una extorsión padeció el secuestro de algún familiar. Otros fueron robados caminando o en sus domicilios; muchos mas lloraron un homicidio o la desaparición forzada de alguien, cercano a ellos a quien no encuentran.
2019 fue un año que deja amargos recuerdos, me atrevo asegurarlo sin temor a equivocarme, en cada casa mexicana.
Fue el que rompió todos los records de asesinatos, por encima de todos los que padecimos con los presidentes neoliberales.
Y por allí van también las estadísticas en secuestros, feminicidios y desapariciones forzadas, precisamente cuando la mayoría de los compatriotas tenían cifradas las esperanzas en el actual gobierno de Andrés Manuel López Obrador, que había empeñado su palabra que, con él, todos estos flagelos iban a disminuir, inclusive la gasolina.
No fue así, todo lo contrario.
Las políticas públicas de “abrazos, no balazos”, lo único que lograron fue envalentonar al crimen organizado, que durante este año que concluye en menos de 24 horas, se fortalecieron mas y demostraron, de diversas formas (lo sucedido en Culiacán, Sinaloa; lo acecido con la familia Le Barón, los cobros de cuenta entre las diversas bandas en los estados de Tamaulipas, Coahuila, o aquí mismo en Veracruz a plena luz del día), lo letales que son.
¡El Estado fallo, hay que decirlo, a su obligación mas elemental que le tiene encomendada nuestra Constitución, que es, la de brindar seguridad, paz y convivencia social a los mexicanos!
Atrás quedo aquel compromiso público, que durante su mas reciente campaña presidencial hizo AMLO, de que en seis meses reduciría los crímenes, los secuestros, las desapariciones, los feminicidios.
2019 ha sido sangriento, ha sido un año de pesadilla, un año que deja heridas en cada familia mexicana.
Se, que en la cena que se dispone estimado lector a degustar para mañana, alberga la esperanza que 2020 sea distinto, diametralmente opuesto al que se
va, y prenderá en su mesa la vela con la esperanza que ahora si dejen las pesadillas de ser el pan de cada día.
Lamentablemente mientras no tenga este gobierno federal, y los estatales en cada una de las entidades federativas, verdaderos planes, reales y eficaces para combatir la delincuencia, esto no ocurrirá porque a cada causa corresponde un efecto.
Las deficiencias y ayuno de ideas en materia de seguridad de los que nos gobiernan (así las observamos todos los días con tristes noticias de estos flagelos que van en aumento), no nos hacen generar expectativas que cambiará este amargo panorama para 2020, empero un servidor no quiere pasar esta oportunidad para prender un fosforo de esperanza, deseándoles a tod@s ustedes un prospero y bienaventurado año nuevo, y que ojala que sus sueños de paz, dicha,bienestar y felicidad se les cumplan.
L@s abrazo a tod@s. |
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