Vientos democráticos sacuden toda Latinoamérica. Las masas sociales han tomados las calles de Perú, de Ecuador, de Nicaragua, de Argentina, de Uruguay, de Chile, de Bolivia, de Colombia.
Los cambios en los países de esta parte del continente se están sucediendo a una velocidad, que no han dado oportunidad a los teóricos a que profundicen los que lo motivaron en una nación, cuando ya arrancaron en otra, y en otra y en otra.
Apenas en septiembre, decenas de miles de peruanos tomaron las calles para protestar contra su presidente, Martín Vizcarra, cuando pretendió cerrar el parlamento y desconocer ese poder, cuando en Ecuador, el Ejecutivo decretaba un aumento a los combustibles que saco a la muchedumbre a las calles a protestar enérgicamente contra esa medida. Fueron días y noches donde las movilizaciones multitudinarias terminaron por doblar las decisiones de esos presidentes, entendiendo tanto Vizcarra como Lenin Moreno, que de no sucumbir al reclamo nacional que les hacían sus gobernados en las plazas públicas, podrían ser derrocados.
Dos o tres semanas después de lo ocurrido en Perú y Ecuador, en La Argentina, el pueblo de Martín Miguel de Güemes, sin necesidad de ir a una segunda vuelta, derroca en las elecciones al causante de la peor crisis económica que hizo que su moneda, el peso, perdiera en tan solo tres días 300 por ciento su valor: Mauricio Macri, aquel hombre que apoyado por los hombres y mujeres del dinero en aquella nación austral había prometido en su campaña llevar bienestar a los hogares argentinos, y termino por convertir esos sueños en verdaderas pesadillas que hicieron que salieran a sufragar y derrotaran el intento reeleccionista del presidente, llevando al triunfo al izquierdista Alberto Fernández, con un rotundo 48.10% contra el 40.36 de Macri.
En ese mismo mes de octubre, Chile vivió lo que en 1973 Salvador Allende había presagiado, que mas temprano que tarde las grandes avenidas volverían a llenarse de gente par exigir democracia. Ante el decreto presidencial de aumentar el costo del pasaje del metro (que utiliza las clases sociales mas desprotegidas), las masas sociales salieron a protestar y exigir no solo la cancelación de tan arbitraria medida, sino la cancelación de una vez por todas de
la Constitución Pinochetista que increíblemente sigue rigiendo la vida de los y las chilenas.
Mas de un millón doscientas mil chilenos llenaron las alamedas de aquella nación hasta lograr sus cometidos, estando ahora por conseguir la creación de una Asamblea Constituyente para redactar lo que será una nueva Constitución, que reivindique los derechos sociales y humanos de la vida moderna de aquel país del poeta Pablo Neruda.
Y vino Bolivia en este mes de noviembre donde las fuerzas del poder económico a través de un golpe militar hicieron renunciar a Evo Morales, que, durante su gobierno, hizo que los crecimientos económicos anuales promedio de esa nación fueran del 6 por ciento, envidia de todas las economías de este continente (incluyendo Canadá y Estados Unidos, permítanme la redundancia), reduciendo la pobreza en 33 puntos porcentuales. De allí el porque a su exilio estén las manifestaciones en las calles a pesar de la represión decretada por la senadora Jeanine Añez, quien se hizo cargo del poder publico con el apoyo de los militares, que ya contabiliza mas de 20 indios asesinados.
Ahorita mismo Colombia se sacude con grandes movilizaciones sociales que exigen la caída del plan económico del presidente Iván Duque que conforman una Ley Laboral; Reforma a las Pensiones y privatización de empresas públicas. Centenas de miles de colombianos y colombianas han salidos a las calles a protestar y exigir la derogación de lo que se conoce como el >paquetazo Duque<, que han sido reprimidas y ya cobra, lamentablemente varias víctimas. A dichas exigencias ahora ese pueblo añadió la de la destitución del presidente colombiano.
Para concluir esta entrega solo me resta comentar que cuando usted este leyendo este artículo ya sabrá el resultado de la segunda vuelta de la elección presidencial en Uruguay, donde se enfrenta el candidato de la derecha Luis Lacalle Pou contra el del Frente Amplio (social-demócrata) Daniel Martínez. El primero logro unir a todos los partidos radicales y de esa manera estar en posibilidad de derrotar al del frente amplio, donde milita, por cierto, un gran líder internacional y expresidente uruguayo conocido en todo el mundo: José Mujica. |
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