El 5 de julio del año pasado, hace ya 10 meses, de manera inesperada y sorpresiva el presidente Andrés Manuel López Obrador, en su misa mañanera de ese día, sin aun cumplir tres años de su gobierno, tiro el gatillo de la pistola para advertirnos que la carrera por la sucesión presidencial ya estaba en franca operación, y dio a conocer >sus corcholatas<, como el mismo las bautizo, mencionando a Claudia Sheinbaum, Marcelo Ebrard, Juan Ramón de la Fuente, Esteban Moctezuma, Tatiana Clouthier, Roció Nahle, y días mas adelante incorporo al presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado de la República Ricardo Monreal.
7 morenos (as), o al menos de apariencia morena, para darle continuidad al proceso de transformación que bautizo como la cuarta, precisando en la letanía de ese 5 de julio que cualquiera de ellos, podría sucederlo en Palacio Nacional, garantizando la continuidad de la ruta política-económica-social que él inicio el primero de diciembre de 2018.
A partir de allí se ha escrito y hablado en pro y en contra de esas “corcholatas”, pero recuerdo que en varias reuniones empecé a decirles a mis compañeros que 5 de esas personas solo estaban de relleno, sin ninguna posibilidad de alcanzar la candidatura, y que la misma tendría que salir (en aquel 2021 así lo consideraba), de entre Claudia y Marcelo. La primera porque viene de la burbuja íntima de AMLO (los denominados puros o fundamentalistas, por llegar a MOR3NA desde los antiguos partidos de izquierda), y el segundo, porque sin serlo, era una alternativa para conquistar el voto de las clases medias que lo venia perdiendo ya ese instituto político, y como prueba estaba el resultado de las elecciones de junio de ese año, donde pierden mas de la mitad de las diputaciones y alcaldías de la ciudad de México.
Pero las cosas se la han venido complicando al >destapador<, y lo que parecía un día de campo tanto para la sucesión, como para que su candidato (a) ganara, sin ningún problema en el 2024 la elección presidencial, hoy ya ninguno de los 2 le garantizan el triunfo, y ha tenido que echar mano de su paisano Adán Augusto López Hernández, a quien el 28 de abril lo convirtió en una corcholata mas, con toda la intención de desplazar a Claudia y Marcelo, porque mas a ella que al Secretario de Relaciones Exteriores el mundo se la ha venido encima con el tercer informe de la empresa noruega DNV, a quien la gobernadora de la
ciudad de México acusa de “tendencioso y falso”, y todo porque la señalan con gran parte de culpa del accidente ocurrido el 3 de mayo de 2021 en la línea 12 del metro, y que dejo 26 personas muertas y un centenar de lesionados.
La empresa DNV, que había sido contratada por los calificativos públicos de >eficiencia y calidad metodológica< que hizo Sheinbaum de ella, entrego la semana pasada el tercer y ultimo reporte de Análisis Causa Raíz, producido por un equipo internacional de expertos, de acuerdo con la metodología RCA acordada y con estrictos procedimientos internos de calidad, pero, como en los mismos le resulta responsabilidad tanto a Claudia como al propio Ebrard, ahora esta funcionaria lo desconoce, se niega a transparentarlo a la sociedad (hacerlo público), y demando civilmente a la empresa Noruega.
El daño colateral empero, ya esta hecho, y Claudia no será la candidata de MORENA, como tampoco lo será Marcelo, que sale también salpicado en responsabilidad por ese lamentable accidente (a ambos se llevo el tren-metro su precandidatura). Pero si ustedes creen que con ello Adán Augusto tiene el camino libre, para convertirse en la “corcholata triunfadora”, quiero advertirles que lo dudo mucho, y empiezo a creer que AMLO echara mano de los resultados de la revocación de mandato, donde esos mas de 15 millones son de él y nadie mas (ni siquiera de su instrumento político MORENA), para sacarse de la manga su marca registrada ANDRÉS MANUEL LÓPEZ, como para jugársela con ella en la boleta electoral presidencial de 2024.
En otra entrega profundizaré en el tema, dado que sacará ámpulas el mismo. |
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