Afirmaba convencido, el expresidente Andrés Manuel López Obrador que “El pueblo pone, el pueblo quita”.
Lo manifestaba desde su campaña en 2000 para la gubernatura de la ciudad de México. Mas tarde, en la campaña de 2006 lo utilizo como cuña de su plataforma electoral, para convencer mas a los mexicanos que debían votar por el, bajo el supuesto que si hacia un mal gobierno, a la mitad de su sexenio se sometería al escrutinio del pueblo para que lo ratificaran o destituyeran, y que el aceptaría el veredicto.
Sinceramente no se cuantas miles de veces, desde esas fechas y hasta que dejo de ser el ejecutivo federal, AMLO pronuncio la famosa oración “El pueblo pone, el pueblo quita”, aunada a la insistencia que la misma se llevara a La Constitución para que nadie, absolutamente nadie osara evadir el juicio popular de validar los malos o buenos gobiernos.
Honro López Obrador su palabra empeñada y en septiembre de 2018 MORENA presento la iniciativa de reforma constitucional, que se aprobó en el Senado de la República bajo ciertos requisitos de procedencia (3% de firmas de empadronados en la lista nominal en por lo menos 17 entidades federativas), y así, el 10 de abril de 2022, el Instituto Nacional Electoral celebro dicho ejercicio, anunciando por la noche que participaron solo un 18% de los mexicanos empadronados, con un resultado mayoritario para que Andrés Manuel siguiera siendo presidente de México, pero que, al no reunir el 40% requerido por la ley, dicho resultado no era vinculatorio.
La Revocación de Mandato se convirtió en doctrina de MORENA, fue ovacionada y abrazada por cualquiera que se dijera -obradorista- y la adoptaron 31 entidades federativas en sus constituciones locales pero, en Veracruz NO, porque el entonces gobernador Cuitláhuac García Jiménez mando hacer dos encuestas en todo el estado, y las mismas arrojaron un resultado negativo para el, si se efectuaba en 2022 este instrumento democrático, lo que traería como consecuencia que tendría que irse ese mismo año, y por sus pistolas no cumplió con la resolución del Tribunal Estatal Electoral que mandataba al OPLE en Veracruz a organizar el proceso. Cuitláhuac giro instrucciones al OPLE para no hacerlo (ya sabe usted que en la era del obradorato-MORENA, las autoridades electorales son solo títeres del gobierno).
Veracruz es el único estado donde no hay REVOCACION DE MANDATO, ni habrá, porque la “demócrata” gobernadora que tenemos no quiere someterse al escrutinio del pueblo veracruzano a la mitad de su gobierno. Es decir, los principios-doctrina de su partido-movimiento son buenos solo como propaganda para ganar votos, pero no para cumplirlos: Al diablo con la Constitución, al diablo con la REVOCACIÓN, al diablo con la máxima obradorista del “pueblo pone, el pueblo quita”.
Ese es el verdadero rostro de los gobernantes de MORENA. Les aflora su espíritu AUTOCRATICO.
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