¡Claro que estoy de acuerdo que las cosas trascendentales para el país y la sociedad se pregunten!
Elegir a un Presidente no equivale a darle un cheque en blanco para que decida sobre el rumbo que debe tomar la nación, en tratándose de acciones que afecten la situación social, económica, ambiental y de seguridad que gobierna.
No, que buena que don Andrés Manuel decidió preguntarle a los mexicanos sobre donde se debe de construir el nuevo aeropuerto que necesita la Ciudad de México. Si en Texcoco, donde el peñismo decidió hacerlo junto con los hombres del dinero, nacionales y extranjeros; o en Santa Lucia, donde a decir de AMLO y su equipo, podría realizarse con un menor daño ecológico y con menos dinero.
Sin embargo me parece que la consulta fue muy apresurada y por consecuencia, muy mal hecha: a) sin la información necesaria para que todos los mexicanos tuvieran los elementos para ir a votar, y mas por el tipo de conocimientos tan requeridos para hacerlo con certeza; b) con muy poca participación de los mexicanos y mexicanas. Expertos señalan que a lo sumo votara un millón de compatriotas, de un universo de 89 millones que están empadronados, lo que se traduce en solo 1.12 por ciento y eso es muy grave, porque una ridícula minoría estará decidiendo, sea cual sea el resultado, sobre la inmensa mayoría. c) permitió un fraude electoral (carrusel), al dejar votar una y mas veces en la misma, o distintas casillas al sufragante d) fue parcial al no existir representantes de los que defienden el proyecto Texcoco o Santa Lucia, para que al final de las cuatro jornadas electorales se contaran los votos con absoluta imparcialidad, e) gran mayoría de los paquetes electorales se los llevaron a casas particulares u oficinas, al no existir un lugar previamente señalado para recibirlos, lo que deja presumir la posibilidad de embarazo de las urnas.
Cuando este leyendo este articulo quizás ya se sepa el resultado, el cual será, no me cabe la menor duda, muy cuestionado por los simpatizantes y defensores del que haya perdido, por todas las fallas que tuvo la consulta debido, insisto, a la apuración mostrada por el presidente electo, sin justificación alguna, dado que pudo haberla programado para el mes de enero del próximo año, y así se hubiera preparado con responsabilidad, cuidando
todos estos detalles, que son cuestionados por infinidad de personas y grupos, y ha lugar a sospechar del resultado que arroje.
Cierto es que si triunfa la construcción del aeropuerto en la base militar de Santa Lucia habrá efectos macroeconómicos, que tendrá que sortear mas que Enrique Peña Nieto, López Obrador, y será ese el principal escollo al arranque de su gobierno, que ya veremos de que magnitud es. En cambio, el triunfo de Texcoco se traduce en tranquilidad para los mercados financieros, aunque afecte, guste o no a la corriente amloista, la credibilidad de don Andrés, puesto que en campaña siempre afirmo que lo iba a cancelar.
Ahora, ya imbuidos en la democracia participativa, el nuevo presidente, para honrar la palabra empeñada durante su larga campaña, en el sentido de bajar el precio de los combustibles (hay videos de ese compromiso publico), y que para lograrlo sus diputados y senadores (de morena), iban a dar con sus votos marcha atrás al gasolinazo (la senadora y futura secretaria de energía Roció Nachole García presento una iniciativa para disminuir el 60% del IEPS en gasolinas y diesel, que fue rechazado por los legisladores del PRI, verdes, algunos del PRD y los del PAN), deberá, en los primeros meses de 2019, convocar a la segunda consulta nacional, para preguntarle a los mexicanos y mexicanas si el gobierno debe dar reversa al gasolinazo.
Como un buen demócrata, y haciendo eco a sus máximas de no robar, no mentir y no traicionar, Andrés Manuel López Obrador debe cumplir con ese compromiso de campaña de bajar los precios de la gasolina, aunque nos los disfrace en una consulta nacional. |
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