José Miguel Cobián
China le ha dado el ejemplo a todo el mundo, China ha demostrado que a pesar de la prohibición de venderle chips de última generación, sufriendo un embargo importante por parte de su principal adversario comercial, y aislado de una parte del comercio mundial de alta tecnología, China ha logrado superar todos los obstáculos, con innovación, con inteligencia, siguiendo caminos diferentes, elaborando un software abierto y colaborativo, a un costo mínimo, con un gasto de energía insignificante, puso a temblar a los siete gigante tecnológicos de Estados Unidos con su inteligencia artificial gratuita denominada en occidente Deepseek (buscador profundo).
China es líder en la producción e investigación de baterías y desarrollo de software para autos eléctricos, superando incluso a Tesla en ventas. Estos dos ejemplos nos muestran que es posible montarse en las nuevas tecnologías que van a dejar miles de millones de dólares y cientos de miles de empleos, sin ser el país más rico del mundo.
Estados Unidos nos ha hecho creer que para lograr los grandes desarrollos tecnológicos es necesario contar con ingentes cantidades de dinero y de energía. Trump mismo, declaró recién llegando al poder, que su país está en emergencia energética, eso a pesar de ser el primer productor mundial de petróleo y gas natural. Así lo hizo, porque él también creyó que solo con cantidades casi infinitas de energía, es posible lograr avances tecnológicos que sigan manteniendo a los americanos en la punta.
China sigue siendo un país con cientos de millones de pobres. Un país de ingreso medio, muy por debajo del ingreso per cápita que poseen las naciones del primer mundo, y sin embargo, no sólo está dando la batalla, sino que además, muestra que puntea en tecnología innovadora. ¿Cómo lo ha hecho?
La prioridad del gobierno chino ha sido la educación. Pero no sólo lograr que la mayor cantidad de jóvenes chinos se reciban de una universidad, ¡No!. Para el gobierno chino la prioridad han sido los estudios tecnológicos. 72% de los universitarios chinos cursan estudios de ingeniería o ciencias exactas. La prioridad del gobierno chino ha sido invertir en capital humano. La reserva de talento en china es enorme, y es una bola de nieve que crece día con día.
La mayoría de los integrantes del comité que gobierna China son ingenieros. Los últimos tres gobernantes chinos han sido ingenieros. Esto significa que en China se entiende que invertir en ciencia es la mejor inversión para lograr los avances con los cuales China ha sorprendido al mundo.
Aunque en México cursan 96,000 alumnos carreras de ingeniería, la proporción es mínima, comparada con China. Si a ello le sumamos lo bajísimo del nivel educativo de infinidad de centros de estudio que ofrecen carreras de ingeniería, las cuales resultan con alumnos que en China no pasarían ni los exámenes de preparatoria, comenzamos a entender porque México está condenado a la mediocridad.
Si hoy, Europa ha quedado rezagada ante los avances tecnológicos tanto de Estados Unidos como de China, y eso considerando que a principios del siglo pasado, la mayoría de los premios nobel eran para europeos, en particular para alemanes, podemos vislumbrar la tragedia de nuestro país.
México con un sistema educativo que de por sí era malo, y que durante el sexenio anterior se convirtió en algo mucho peor. Un sistema que no enseña a los niños y jóvenes a razonar, un sistema dónde chicos y chicas de secundaria no pueden comprender un párrafo, y mucho menos realizar operaciones matemáticas básicas, ese sistema educativo, sumado al odio por la ciencia y tecnología demostrado también en el sexenio pasado y continuado en éste. México está condenado siempre a ser importador neto de cualquier avance tecnológico.
Las potencias no necesitan colonizar a los países mediocres mediante la fuerza militar, hoy la colonización se realiza mediante la dependencia. Es por ello que Trump sabe que puede hacer y decir lo que quiera. Porque la mayoría de los países del bloque occidental son dependientes de Estados Unidos y en particular los países americanos, especialmente México.
Todo indica que los míticos tratados de Bucareli es muy probable que jamás hubieran existido, pero quedaron marcados a fuego en las mentes de los gobernantes mexicanos. Aunque no habíamos visto a alguien doblarse ante el Ugly American como lo hizo el ex presidente López Obrador, todos los gobiernos han seguido la senda de la dependencia y pérdida de soberanía. Claudia no pinta diferente, pues mientras para el país tiene un discurso valiente y defensor de la soberanía y de los mexicanos, en los hechos se ha doblado tanto o más que su antecesor.
Dos ejemplos van de muestra, públicamente afirma defender a nuestros connacionales en Estados Unidos, mientras que en privado se ordena a todo el servicio exterior mexicano en ese país, no mover un dedo para defenderlos, y no sólo eso, se reduce el presupuesto de 2025 para el servicio exterior. El segundo ejemplo es similar a lo que hizo el ex presidente López Obrador. Gracias a un tuit de la secretaria de prensa americana, nos enteramos que México asigna 30,000 guardias nacionales a la frontera sur, para evitar el paso de migrantes, así como que México aceptó ser tercer país seguro, es decir, país donde quienes aspiran a residencia, permiso de trabajo o asilo en Estados Unidos, deben permanecer mientras se resuelve su situación migratoria. Algo que en México ningún medio de comunicación menciona, debido al férreo control y la censura que se ejerce en el país.
En México decimos que sin Maíz no hay país. Somos el principal importador de maíz amarillo del mundo. Lo mismo podemos decir respecto de la ciencia y tecnología, sin ellos no hay país, nos convertimos en dependientes, es decir perdemos soberanía, pero eso, eso no lo percibe la mayoría de los mexicanos, ni les importa.
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