Lo he venido escribiendo en varios artículos: La composición de MORENA es similar a la del Partido de la Revolución Democrática en sus inicios, donde confluyeron hombres y mujeres de distintas corrientes políticas, provenientes de diferentes partidos políticos, especialmente del PRI.
Por ello mismo su actuar es idéntico, derivado de las disímbolas corrientes que confluyen, donde el único denominador común que los une se llama Andrés Manuel López Obrador, pero fuera de ello y en la practica diaria, encontramos opiniones disímbolas, que en órganos de gobierno se reflejan en desunión, frente a situaciones concretas.
De allí que semanas atrás y en este mismo espacio pronostique, no solo la disminución de la fuerza electoral de este nuevo partido para el proceso electoral del año 2021, donde se elegirán los nuevos 212 ayuntamientos veracruzanos, sus 50 diputados locales y 20 federales, sino también un sinuoso inicio de su poderoso grupo legislativo en la sexagésima quinta legislatura, derivado de la lucha por la presidencia de la mesa directiva, por la presidencia de la Junta de Coordinación Política, por el encabezamiento de las principales comisiones Legislativas, así como de los múltiples cargos de dirección en el Poder Legislativo, empezando por el nombramiento del Secretario General del Congreso.
Y así fue, la dialéctica no falla. Desde la mismísima toma de protesta de los 50 legisladores las divisiones en el partido color pantone afloraron por la lucha del poder, justo cuando se eligió al que actualmente es el presidente del Congreso el diputado José Manuel Pozos Castro, quien accede al cargo con 27 votos, pero solo con el respaldo de 19 diputados y diputadas de Morena, dado que los otros 10 no lo hicieron.
Mas adelante, en la primera sesión, del primer periodo, del primer año de ejercicio de la LXV Legislatura, fue mas notoria la división del que se veía como solido grupo legislativo, cuando anuncia el diputado secretario de la mesa directiva la constitución de tres grupos parlamentarios de legisladores provenientes de MORENA: dos con el mismo nombre de ese partido, y uno mas con nombre provocador o de mofa “el lado correcto de la historia” coordinado por un ex priista Gonzalo Guizar Valladares.
El mayoritario de Morena, coordinado por el diputado de San Andrés Tuxtla Juan Javier Gómez Casarín integrado por 18 legislador@s, y el minoritario por 8, coordinado por el diputado de Coatzacoalcos Amado Cruz Malpica, en una franca violación a La Ley Orgánica del Poder Legislativo del estado de Veracruz de Ignacio de la Llave, que en su articulo 27, segundo párrafo, precisa que “Articulo 27……….solo podrá haber uno por cada partido político”.
Independientemente que se sabia la difícil convivencia no solo de los legisladores y diputadas de MORENA, sino de los integrantes mismos de ese partido político, su división publica en el seno del Congreso de Veracruz los volvió vulnerables. Pasaron de ser el partido político poderoso que no compartirían en los tres años la presidencia de la Junta de Coordinación Política, y en consecuencia el control total del Poder Legislativo, a tenerlo que rotar con Acción Nacional, su principal enemigo, al no tener la mayoría absoluta que la propia Ley Orgánica en comento, en su articulo 31, segundo párrafo lo exige: Articulo 31………El coordinador del Grupo Legislativo que cuente con la mayoría absoluta de diputados en el Congreso será presidente de la Junta por toda la Legislatura”.
Tendrán en esta misma semana que hoy inicia su primer prueba de fuego, cuando se tenga que elegir al Secretario General del Congreso, donde el grupo de diputadas liderados por Casarín propondrán a Domingo Bahena, mientras que el minoritario de Malpica propondrá (me afirman que con el apoyo de los 13 votos de los legisladores panistas, quienes hacen su chamba para dividir a los morenitas y sacar raja de ello) a Gerardo Ramos Maldonado.
Será crucial esta semana donde seguramente solo habrá una sesión del Congreso, la del martes, donde tendrán la mesa directiva que enmendarles la plana a los y las diputadas de MORENA, en relación a los dos grupos legislativos con el mismo nombre.
¡Solo debe existir uno!
O se ponen de acuerdo en conformar uno solo, o empezaran abrirle la puerta al PAN, para que con el apoyo de los disidentes peleen el cogobierno del Congreso, algo que después del primero de julio, ni en sueño se lo imaginaron los azules.
Serán fundamentales los tres votos de los legisladores del PRI, y los tres del grupo legislativo Movimiento Ciudadano-PRD para inclinar la balanza en la decisiones trascendentales de la LXV Legislatura, de persistir la división morenista. |
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