Por Héctor Raúl Rodríguez
En el día 37 de la campaña por la gubernatura del estado, cuando faltan apenas 23 días para que concluyan, Pepe Yunes, abanderado de la coalición “Fuerza y Corazón por Veracruz”, del PRI-PAN-PRD, se ha posicionado como el candidato de la unidad y la esperanza de los veracruzanos.
Por un lado, si las campañas electorales representan un momento fundamental en una democracia, porque renuevan el pacto político y social entre el pueblo y su gobierno, el candidato nacido en Perote se ha convertido en el catalizador de una gran alianza ciudadana opositora que se perfila para ganar las elecciones del próximo 2 de junio.
Pepe Yunes ha despertado emoción y un sentimiento de identidad de norte a sur de Veracruz, gracias a su cercanía, sencillez y arraigo entre la población, lo que no se ve por ningún lado en la campaña de enfrente, donde la constante ha sido obligar a los trabajadores del gobierno a asistir a los mítines de su candidata, Rocío Nahle, originaria de Zacatecas, envuelta en denuncias de corrupción y enriquecimiento ilícito, y cuyo desarraigo y desconocimiento del estado es evidente.
Si bien hay tres candidatos registrados, la contienda electoral se ha polarizado entre los abanderados de la coalición “Fuerza y Corazón por Veracruz”, a quien las encuestas ya le dan una clara ventaja sobre su contrincante de la coalición “Sigamos Haciendo Historia”, en tanto la participación del candidato de Movimiento Ciudadano, Polo Deschamps, ha resultado meramente testimonial y su aspiración pareciera reducirse a conservar el registro de su partido.
El caso de MC representa una paradoja, pues está claro que los veracruzanos lo perciben no como el partido de los ciudadanos, sino de los intereses y compromisos de su dirigente nacional, Dante Delgado, cercanos a las componendas del presidente Andrés Manuel López Obrador.
En los hechos, quien se ha convertido en el candidato de los ciudadanos es Pepe Yunes, del PRI-PAN y PRD, pues además de sumar a los diversos grupos y corrientes al interior de cada partido ha sido un factor de unidad que logró articular a una gran alianza ciudadana conformada a estas alturas por alrededor de 200 organizaciones de la sociedad civil a lo largo y ancho del estado que lo han acompañado antes y durante la campaña, y han suscrito sus propuestas y compromisos Las 10 por un Veracruz de 10.
En ese sentido, el oriundo de Perote, un político forjado en las urnas que ha ganado 7 de 9 elecciones, se ha posicionado como el candidato de la unidad, de la identidad y de la esperanza de los veracruzanos, pues es un conocedor a fondo de la geografía física y humana del estado, al que ha recorrido varias veces y puede citar por su nombre a pobladores en
cada municipio.
De este modo, el candidato de la coalición Fuerza y Corazón por Veracruz se perfila como el claro ganador de las elecciones del 2 de junio, primero porque conoce los problemas de la población en cada región y sabe de lo que hay que hacer para resolverlos, y segundo porque los veracruzanos están indignados por el abandono, negligencia y soberbia del actual gobierno morenista, que a lo largo de más de cinco años no escuchó ni atendió su problemática.
Si a esto le sumamos el desarraigo y denuncias por corrupción que gravitan en torno de la candidata de Zacatecas, está más que claro cuál será la opción que los ciudadanos elegirán en los comicios del próximo 2 de junio.
Frente a una candidata impuesta que no es originaria del estado y un gobierno de Morena ausente, ineficaz e ineficiente, Veracruz debe ejercer su derecho ciudadano a votar por un buen gobierno. |
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