El candidato de la coalición Por México al Frente, del PAN-PRD-MC, Ricardo Anaya Cortés vive el peor momento de su campaña política rumbo a la presidencia de la república. El video difundido hace unos días con las revelaciones del hermano del empresario Manuel Barreiro sobre las triangulaciones financieras para hacerle llegar recursos de dudosa procedencia y cómo Anaya desde su puesto de secretario particular del gobernador de Querétaro otorgaba información privilegiada a sus amigos empresarios para hacer negocios con la compra de terrenos que aumentarían su valor, es un golpe demoledor a las aspiraciones del hoy candidato presidencial panista. Este tema, junto con el escándalo de “los moches” de que fue acusada la diputación federal de su partido cuando él era coordinador parlamentario, da cuenta del repertorio de presuntas prácticas de corrupción, el modus operandi, del ex dirigente nacional del PAN, así como de su doble discurso. La pinza que cierra el cerco sobre Ricardo Anaya fue la denuncia ante la PGR de su correligionario, el también senador panista y presidente de la mesa directiva del Senado, Ernesto Cordero, quien exigió que se llame a declarar a los hermanos Barreiro y al propio candidato, que se investiguen los estados de cuenta del candidato presidencial y que a la dependencia no le tiemble la mano para actuar contra él. Como corolario, el candidato presidencial de la coalición Todos por México, del PRI-PVEM-Nueva Alianza, José Antonio Meade, fue particularmente claro al acusar a Anaya de ser “un vulgar ladrón” que tiene que pagar por lo que se llevó. En este sentido, a pesar de su desesperada defensa de señalar al presidente Enrique Peña Nieto de estar detrás de esta embestida, la credibilidad del candidato presidencial panista va en caída libre y muy probablemente en los próximos 15 días tendrá que hacer campaña en las barandillas de la PGR. A nivel nacional, es previsible que la caída de Ricardo Anaya impacte en la intención del voto de los candidatos al senado y diputaciones federales, y a nivel local, en las posibilidades de los candidatos del Frente en los 9 estados que renovarán gobernador, particularmente en Veracruz, donde la familia que pretende perpetuarse en el poder se encuentra estrechamente vinculada con el ex dirigente nacional del PAN, quien incluso formó parte del show montado en el mes de noviembre de 2016 cuando vino a dormir al Palacio de Gobierno de Xalapa junto con un grupo de alcaldes encabezados por el hoy candidato a la gubernatura, Miguel Ángel Yunes Márquez, supuestamente para exigir al gobierno del estado el pago de adeudos de participaciones federales. Y no es por molestar al vecino, pero de acuerdo con uno de los principios generales del derecho: “lo accesorio sigue la suerte de lo principal”. |
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