En menos de dos años de Gobierno, el Presidente Andrés Manuel López Obrador y la llamada Cuarta Transformación han tenido que lidiar, además de los problemas domésticos del país como la inseguridad y el combate a la corrupción y la pobreza, con dos crisis de dimensiones gigantescas de manufactura internacional que, de entrada, ya provocaron ajustes al presupuesto para el próximo año que repercutirán a su vez en el monto de los recursos destinados a las 32 entidades federativas para 2021.
En este contexto, en el marco del Segundo Informe de Gobierno, dos escenarios inéditos, sombríos, prevalecieron como telón de fondo.
El primero tiene que ver con el tema de la pandemia de Covid 19, considerada en países europeos como el mayor desafío para la humanidad desde tiempos de la Segunda Guerra Mundial.
El segundo es la crisis económica que trajo consigo - luego de seis meses de cierre de actividades productivas no esenciales y de confinamiento social-, la cual se prevé similar o peor a la Gran Depresión de 1932.
En lo que se refiere a la salud, la pandemia llegó ya a 600 mil contagios en el país y más de 65 mil decesos, esta última cifra rebasa los 60 mil fallecimientos considerados hace varias semanas por el vocero de la Secretaría de Salud, Hugo López Gatell, como el peor escenario que se podría presentar en México con relación a este mal. Y ya lo superamos con más de 5 mil decesos. Esto sin compararlo con lo que ocurre a nivel mundial, pues las cifras ubican al país como el cuarto con mayor número de muertes, solo después de Estados Unidos, Brasil y la India.
En el terreno económico, el escenario no es menos perturbador.
Según datos del Instituto Mexicano del Seguro Social, IMSS, entre marzo y mayo se perdieron un millón 30 mil 366 empleos formales, que sumados a los empleos perdidos en junio, arrojan al cierre del primer semestre del año un saldo negativo por el COVID-19 de un millón 113 mil 677 puestos de trabajo formales.
No obstante, las cifras del Banco de México (Banxico) revelan que entre abril y mayo se perdieron 12 millones 180 mil empleos, entre trabajos formales e informales. De estos, 3.72 millones fueron trabajos formales y 8.46 millones fueron informales. Además, según la media de las expectativas del Producto Interno Bruto (PIB) que recogió la encuesta mensual de julio del Banco de México entre 36 especialistas del sector privado y extranjero, el desplome de la economía mexicana en 2020 podría ascender a 10.2 por ciento.
Solo para dimensionar su magnitud, de ese tamaño son los dos retos más importantes que enfrenta el gobierno de López Obrador para los próximos cuatro años.
Un tercer tema, más doméstico pero con raíces e implicaciones regionales, tiene que ver con la seguridad y las más de 60 mil ejecuciones registradas en el país en lo que va del actual gobierno, derivada de la violencia generada por los grupos de la delincuencia organizada y común.
Así las cosas, aunque la 4T quiere diferenciarse de los gobiernos que le antecedieron, en algún momento tendrá que echar mano de algún mecanismo para buscar consensos con los sectores productivos, incluyendo a los organismos empresariales como Coparmex, Canacintra, CCE, Concanaco, Canirac, CMIC, etc,, para reactivar la economía en el menor tiempo posible.
Esa sería la agenda del Estado, la que le compete e impacta a todos los mexicanos, la que requiere del ejercicio de la política para la búsqueda de consensos entre los diversos sectores sociales y políticos, la que debería estar por encima de la agenda electoral del gobierno y de las fuerzas políticas enfocada a las elecciones intermedias de 2021. |
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