A tres días del inicio de las campañas políticas para la gubernatura del estado, lo que se observa en Veracruz es un escenario de confrontación entre dos de los cuatro candidatos – donde el gobierno del estado también juega, pero no como garante de imparcialidad, objetividad y certeza del proceso electoral, sino como parte de los rounds de sombra contra el adversario -, tal como quedó evidenciado el domingo pasado, con las 4 botargas del ex presidente Hugo Chávez, presuntamente escoltadas por sujetos con aspecto de policías, que se hicieron presentes en el inicio de campaña del candidato de la coalición Juntos Haremos Historia, de Morena-PT-PES, Cuitláhuac García Jiménez. Este escenario de confrontación también se hizo evidente en el Desfile del Día del Trabajo. En Xalapa, la capital del estado y asiento de los poderes públicos de la entidad, la falta de urbanidad política y el distanciamiento entre el alcalde y el gobernador son cada vez más profundas debido al más reciente agravio que fue la aparición de espectaculares con un mensaje alusivo al lema de campaña del alcalde y de reprobación a la gestión municipal. En el puerto de Veracruz, fueron trabajadores jubilados que participaron en el Desfile con cacerola en mano, quienes expresaron su repudio a la intención de quienes buscan perpetuarse en el poder a través de los hijos. Más claro ni el agua. En este contexto, si un candidato supo capitalizar el arranque de campaña para mostrarse ante los veracruzanos como una opción política positiva y propositiva, de cara al futuro, fue el senador con licencia, abanderado de la coalición Por un Veracruz Mejor, Pepe Yunes Zorrilla. Desde Perote, el domingo pasado, Pepe dejó bien claro que se trata de un político con oficio, en la forma y en el fondo; destacó su origen, trayectoria, formación y experiencia, que constituyen su mayor activo en esta contienda, y se mostró como una alternativa de cambio real, con sentido social. Y si bien dejó claro que la actual administración estatal, pese a que ha contado con el acompañamiento y el respaldo del gobierno de la república no ha sabido dar resultados en materia de seguridad, ni de generación de empleos para los jóvenes y mujeres, ni de apoyo al campo, ni de inversiones ni reactivación de la economía del estado - hoy una de las más deprimidas de todo el país-, el abanderado de la coalición Por un Veracruz Mejor no se detuvo en golpes en contra de sus competidores. En ese sentido, Pepe cumplió las expectativas en el arranque de campaña porque supo mandar y posicionar un mensaje propositivo a los veracruzanos, de cara al futuro. También resulta evidente, cuando faltan 57 días de campaña, que en un estado tan importante como Veracruz no se puede improvisar un gobernador, pues hacerlo implicaría el riesgo de que la entidad viva durante los próximos seis años una parálisis como la que vivimos actualmente. El estado tampoco puede retroceder en la historia. Sería una enorme contradicción que siendo Veracruz la cuna de la República liberal, el 1 de julio votara por instaurar una monarquía al estilo Maximiliano, por quienes quieren perpetuarse en el poder a través de sus familiares. Y no se trata de filias o fobias, sino de un elemental sentido político, democrático y republicano. Sólo en gobiernos autoritarios no se cuestiona que los puestos públicos se hereden como si se tratara del patrimonio privado. En política, decía el ideólogo tuxpeño don Jesús Reyes Heroles, la forma es fondo. |
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