Por Héctor Raúl Rodríguez Díaz
Este lunes Veracruz entró en el último tercio de las campañas electorales para la renovación de los 212 Ayuntamientos y los 50 diputados del Congreso local y en la recta final del proceso federal concurrente para elegir a 20 diputados federales de mayoría relativa.
A diez días de que concluyan las jornadas de proselitismo, lo que se observa y se escucha es el ruido de los candidatos tratando de llamar la atención de los electores, en parques, calles, plazas públicas; en los medios de comunicación y en las redes sociales, donde sus propuestas de campaña compiten con la numeralia de la pandemia de Covid 19 y del proceso de vacunación que, pese a todo, ha avanzado de manera paulatina.
También se escuchan las voces de otros actores políticos y sociales que tratan de influir en los resultados, tales como: la Iglesia, los empresarios y el Gobierno.
Como en cada elección donde hay una coyuntura política y social importante – se trata de los comicios de mitad de sexenio para la renovación de los 500 diputados del Congreso de la Unión y 15 gubernaturas -, la Iglesia Católica ha mostrado un singular activismo a través de sus voceros.
Apenas ayer, el vocero del Arzobispado de Xalapa emitió una declaración que no deja duda sobre de qué lado del espectro político late el corazón del clero.
Otra cosa muy distinta será que la feligresía les haga caso, pues los electores distan mucho de ser un rebaño de ovejas que sigan de manera ciega a su pastor, y hace años que aprendieron a separar los asuntos del César de los de Dios, es decir, lo religioso de lo civil.
Los empresarios también han tomado parte activa en el actual proceso electoral. No es un secreto que las grandes cámaras patronales no solo están alineadas con la coalición opositora “Va por México”, del PRI-PAN-PRD, sino que fueron incluso sus promotores a nivel nacional y la impulsaron en algunos estados clave, como Veracruz.
Desde luego un tercer actor político importante cuya voz ha tratado de influir, directa o indirectamente, en los comicios es la del gobierno federal y estatal en turno.
De este modo, los dos grandes bloques políticos que se disputan las preferencias electorales están conformados por la coalición “Va por México”, que tendría a su favor al clero y a las cúpulas empresariales, y la coalición “Juntos Haremos Historia”, apoyada por el Gobierno de la Cuarta Transformación.
Las encuestas electorales difundidas hasta el momento lo que reflejan es precisamente la disputa entre esos dos bloques, con una diferencia de apenas algunos puntos porcentuales entre ambas en los comicios para diputados federales y locales.
Después se encuentran los otros partidos, como el Movimiento Ciudadano, que a nivel nacional tiene presencia en estados como Jalisco y Nuevo León, pero que en Veracruz está muy focalizado a algunos municipios, así como los partidos de nueva creación, tanto nacionales como estatales, cuyo primer reto será obtener al menos el 3 por ciento de la votación total para conservar el registro.
En este mosaico político y electoral, en términos generales en Veracruz la contienda se ha polarizado entre las dos grandes coaliciones, y debido a su importancia y a que ahí se concentran varios de los principales actores políticos involucrados y medios de comunicación, se ha focalizado en dos de las ciudades más importantes: Xalapa, la capital, y el puerto de Veracruz.
En el caso de Xalapa, hay una percepción casi generalizada, tanto en las encuestas, como en los medios de comunicación y en las colonias - donde la gente se ha volcado a hacerle infinidad de solicitudes y peticiones - de que el abanderado de la coalición “Juntos Haremos Historia”, Ricardo Ahued Bardahuil es el candidato a vencer, porque ha logrado construir una narrativa de campaña exitosa por su trayectoria, experiencia política y cercanía con la gente.
La popularidad de Ahued en Xalapa le ha permitido incluso ser punta de lanza que ha sido aprovechada por los partidos de la coalición para tratar de remolcar a sus candidatos a diputados.
En la coalición “Veracruz Va”, que postuló a David Velasco Chedraui, lo que se observa es un cierto voto duro de los partidos que lo respaldan, del PAN-PRI-PRD, que lo ubican en segundo lugar en las encuestas, pero la percepción es que esto no es suficiente para cubrir las insuficiencias del candidato en términos de experiencia, trayectoria y cercanía con la gente.
Por otro lado, en el puerto de Veracruz, la decisión del Tribunal Electoral del Estado de quitarle la candidatura a la alcaldía al abanderado de la coalición “Veracruz Va”, Miguel Ángel Yunes Márquez, ha sido usada por éste para victimizarse y tratar de catapultar su imagen, como lo demostró con la marcha realizada este domingo.
Con estas acciones, Yunes Márquez ha tratado de ganar la narrativa electoral al hacer énfasis en la decisión del TEEV de retirarle la candidatura, pero a costa de tender una cortina de humo sobre los motivos que llevaron a ella, pues estos apuntan incluso a la comisión de presuntos delitos electorales, como la falsificación de documentos oficiales.
Los diez días que vienen serán determinantes para los resultados de los comicios del 6 de junio, tanto a nivel nacional como estatal.
Y el candidato, partido o coalición que gane la narrativa electoral ganará la elección. |
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