A contracorriente de la política de rendición de cuentas del Presidente Andrés Manuel López Obrador, de cara a la población, en el sentido de que el pueblo pone, y el pueblo quita, en Veracruz el Congreso del Estado le obsequió al Gobernador Cuitláhuac García Jiménez eximirlo de la revocación de mandato, al aprobar que esta figura se realizará a partir de la próxima administración estatal, con el argumento de que la ley no puede aplicarse de manera retroactiva porque vulneraría la esfera de derechos del actual mandatario estatal.
Aunque si a esas vamos, con semejante argumento el Presidente de México también podría haber buscado evadir la consulta de revocación, lo que no hizo, y por el contrario ha insistido en que ésta se lleve a cabo.
De ahí que una vez salvado el escollo de la consulta de revocación de mandato – en caso de que los partidos opositores no impugnen la ley reglamentaria aprobada por el Congreso -, el Gobernador no tendría ningún obstáculo para concluir su sexenio hasta el 2024.
Quizá por eso, hay quienes dicen que la airada respuesta del mandatario estatal al activismo político del diputado federal Sergio Gutiérrez Luna, presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, se debe al ruido que han generado los rumores de que Gutiérrez Luna lo sustituiría en algún momento después del Tercer Informe de Gobierno, algo que si bien se ve muy lejano dada la cercanía del gobernador con el Presidente Andrés Manuel López Obrador, precisamente por eso tampoco debería descartarse del todo, sabido como es que el presidencialismo es la esencia del sistema político mexicano.
Para decirlo en otras palabras:
Si el pueblo pone y el pueblo quita, y el Presidente representa al pueblo, entonces también podría decirse que AMLO pone y AMLO quita.
Por otro lado, a tres años de que concluya el sexenio y a dos de que inicie el proceso sucesorio, la reacción del mandatario estatal también dejó al descubierto que en Veracruz, a la mitad del camino, hay una grieta dentro del grupo que llegó al poder en diciembre de 2018 y que pretende mantenerse más allá del 2024.
Decía el ex gobernador Fernando Gutiérrez Barrios, en una cita de connotaciones históricas y políticas, no solo geográficas, que el camino a la Presidencia de la República pasa por Veracruz.
Y en ese sentido, el round de sombra desplegado esta semana, refrenda la alineación del mandatario estatal con la corriente política al interior de Morena que ve en la secretaria de Energía, Rocío Nahle, y en la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, sus cartas fuertes para la gubernatura y la presidencia, respectivamente, en 2024.
Y aunque – político como es - el diputado presidente de la Cámara de Diputados optó por cuidar las formas y no subirse al ring con el Gobernador, en un gobierno republicano y federal, donde el diputado representa a uno de los tres poderes de la Unión, habría que señalar que difícilmente las expresiones de un jefe político local alcanzarían para vetar el trabajo político del Presidente de una de las dos cámaras del Poder Legislativo.
Tampoco habría que perder de vista que un día después de las declaraciones de García Jiménez, Mario Delgado acudió a San Lázaro a cerrar filas con Ignacio Mier, presidente de la Junta de Coordinación Política de la Cámara de Diputados, y Sergio Gutiérrez, de la Mesa Directiva, lo que podría entenderse como un espaldarazo a su alfil.
Dada la correlación de fuerzas al interior de Morena, con un Senado gobernado por Ricardo Monreal, aliado del canciller Marcelo Ebrard, y ante la importancia de las decisiones que habrán de tomarse en el Poder Legislativo en los próximos meses difícilmente se cree que le pidan a Gutiérrez Luna que cese sus giras a Veracruz.
Cuando mucho le dirán que las aplace para después del Tercer Informe de Gobierno para que no le meta ruido al Gobernador. |
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