Las campañas políticas para presidente de la república, senadores, diputados federales y gobernadores en 9 estados del país, incluyendo Veracruz, han entrado en la recta final, a escasas 3 semanas y media para que lleguen a su fin. Y aunque como dicen en el argot beisbolero, esto no se acaba hasta que se acaba y cae el último out, a nivel nacional las últimas encuestas han comenzado a perfilar un escenario posible, donde el candidato presidencial de la coalición Juntos Haremos Historia, de Morena-PT-PES, Andrés Manuel López Obrador, registra un máximo histórico de intención del voto por arriba del 50 por ciento, una diferencia de 2 a 1 sobre el segundo lugar, que siguen disputándose los candidatos de la coalición Por México al Frente, del PAN-PRD-MC, Ricardo Anaya Cortés, y de la coalición Todos por México, del PRI-PVEM-Nueva Alianza, José Antonio Meade. El proyecto independiente del gobernador con licencia de Nuevo León, Jaime “El Bronco” Rodríguez Calderón, no logró prender en el ánimo del electorado y se encuentra muy rezagado en el último lugar. De aquí al cierre de las campañas solo falta un tercer debate donde se ve sumamente difícil que López Obrador pueda caer de manera dramática en la aceptación del público y diversos analistas consideran que la lucha de los próximos días se centrará en la disputa por el segundo lugar. En el caso de Veracruz, uno de los cuatro estados que según el análisis de los resultados de varias casas encuestadoras, registra mayor intención del voto a favor del candidato de la coalición Juntos Haremos Historia, junto con el Estado de México, Ciudad de México y Puebla, un escenario probable plantea, de entrada, que el candidato a la gubernatura, Cuitláhuac García y eventualmente los candidatos al Senado y al Congreso podrían beneficiarse del efecto López Obrador, en caso de que se registre un “voto parejo” el día de la elección. La marea silenciosa del voto de castigo y antisistema que la coalición Juntos Haremos Historia parece haber captado y catalizado a su favor representa sin lugar a dudas el mayor reto a vencer para el resto de las fuerzas políticas contendientes tanto a nivel nacional, como en Veracruz. En este contexto, el candidato de la coalición Por Veracruz al Frente, del PAN-PRD-MC, Miguel Ángel Yunes Márquez, hace lo suyo impulsado por las fuerzas locales que lo respaldan, articuladas en torno al proyecto del llamado gobierno del cambio impulsado por su padre, el gobernador Miguel Ángel Yunes Linares. De hecho ese es el mayor activo del hijo del gobernador, la estructura política formada por casi 150 presidentes municipales y el apoyo de cacicazgos regionales asentados en puntos estratégicos de la geografía veracruzana, como Pánuco, Tantoyuca, Papantla, Córdoba, Zongolica, Los Tuxtlas y Acayucan, pero en contra tiene la fuerza de Morena en cuatro de las principales ciudades del estado, como Xalapa, Coatzacoalcos, Minatitlán y Poza Rica. En contra de Yunes Márquez también opera el desgaste de la figura del gobernador y de su gobierno, ante la agudización de los problemas de violencia en los últimos meses, la recesión económica que padecen los veracruzanos ante la falta de empleo e inversiones y el clima de crispación y confrontación política que prevalece en la entidad. El candidato de la coalición Por un Veracruz Mejor, del PRI-PVEM, Pepe Yunes Zorrilla, ha definido la situación de Veracruz con claridad meridiana: “mientras todos los indicadores relacionados con la inseguridad van a la alza, los del crecimiento económico y del empleo, van a la baja”. Pepe Yunes es, sin duda, el candidato más preparado y con mayor trayectoria política de cuantos tienen posibilidades de llegar el primero de diciembre al Palacio de Gobierno de Xalapa. Es un candidato cuya carrera política se ha forjado en las urnas tras haber ganado cinco elecciones: fue presidente municipal de Perote, diputado local, dos veces diputado federal y Senador de la República, todos a través del voto directo de los ciudadanos, a diferencia de Yunes Márquez que solo ha sido dos veces presidente municipal de Boca del Río, por elección directa, y una vez diputado local plurinominal, cargo al que llegó por lista, mientras que Cuitláhuac García solo ha sido una vez diputado federal, al que llegó con el voto popular. Se ha dicho que Pepe Yunes tiene en contra la mala imagen de Duarte, pero el estilo del peroteño, en la forma y en el fondo, distan mucho del perfil del ex gobernador. De hecho, Pepe Yunes compite en esta elección contra el candidato de López Obrador y contra el del Gobernador Yunes. De ganar, lo haría con el voto libre, informado y razonado de los veracruzanos en una especie de marea silenciosa contra la imposición y la improvisación, por un lado, y por el otro, contra la intención de heredar el poder y el estado, como si se tratara de un negocio privado. La decisión dependerá de la inteligencia política de los veracruzanos el primer domingo de julio. |
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