Por Inocencio Yáñez Vicencio.
A la largo de su historia, que no es muy larga, Morena, nada hace mejor que montarse en la cultura prevaleciente. Se montó en la antipolítica para desde fuera atacar hacer política atacando la política, se montó en la propaganda antipartido para presentarse como movimiento y no partido, ahora se monta en la cultura del gabinetitis, esperando que demos vuelta a la página y aceptemos los resultados, si no explícitamente, si tácitamente. Desde esta óptica tenemos a quienes replican la noticia filtrada del supuesto gabinete de Rocío Nahle, como nota fuerte, como noticia. También hay quienes lo hacen casi por reflejos condicionados, porque siempre lo han hecho en estos casos y circunstancias. No faltan los que lo hacen esperando congraciarse con alguno de los que aparece en esa galería. Pero el gabinetitis es una patología que puede poner a flote sentimientos encontrados, como el que estando estando del lado opositor, salga a relucicir que no has sido tan opositor y lr haces un giño al hombre fuerte del gabinete anunciado para que te exonere y te considere en la futura nómina.
Para nadie es un secreto que el llamado a la resistencia a cualquier lucha, es a todos los que en algún grado se sienten agraviados, pero también se alistan muchos oportunistas y charlatanes que ven simplemente la ocasión de alguna ganancia. Tanto si triunfa como si no, esa lucha va a arrojar basura.
La lucha que emprendimos a favor de Pepe, en Veracruz, personificaba mucha más que un triunfo electora, es y es una lucha contra el demantelamiento que está haciendo Morena de las instituciones republicanas y democráticas, por lo que algunos deben entender que esta lucha no ha terminado.
Andrés Manuel López Obrador y Morena, quisiera que hiciéramos lo que nunca han hecho ellos, que reconociéramos la falsa elección y nos retirarámos a esperar la próxima farsa.
Únicamente los paridarios de que se desmonten los contrapesos del poder y que las elecciones se den sin árbitro imparcial, pueden aceptar el despojo que hizo Morena y trabajar para que lo aceptemos como la nueva normalidad, que es una dictadura con fachada democrática.
Muchos oportunistas se quieren congraciar con Morena, ocupándose de los problemas internos de los partidos que formaron la Coalición Opositora, pensando que sus servicios serán bien recompensados por el nuevo amo. No. No le quieran ver la cara a sus lectores. En estos monentos cuslquiera que se distraiga o quiera distraernos de la lucha por detener a los depredaderes que nos gobiernan, coopera con la instauración de un régimen que ha suprimido nuestras libertades para elegir a nuestros representantes.
Sea quien sea el secretario de esto o de aquello, llega ahí porque ha aceptado de antemano ser parte de un proyecto destructor de instituciones y libertades. Quien celebre la llegada de un conocido o amigo al gabinete de Rocío Nahle, estará celebrando que se persiga penalmente a los diputados que votan contra las iniciativas del ejecutivo, que no se le cambie ni una coma a las iniciativas de la mayoría, que se proscriba la deliberación del poder deliberativo, que se destruya la Suprema Corte de Justicia de la Nación, que se anule su carácter de tribunal constitucional, que se destruyan los órganos autónomos, que se encarcelen mujeres consejeras, alcaldesas...por solo capricho.
Cuando un grupo gobernante ha destruido todos loss contrapesos, el último reducto de resistencia es la opinión pública, que corre el peligro de ser suplantada por Mañaneras y medios testaferros, pero siempre habrá quién esté decido a que los tiranos no escapen al juicio de la ciudadanía.
Los instrumentos de la ciencia política, son como todos. Unos se ponen al servicio de lo bueno y otros de lo malo. Un telescopio puede usarse para detectar cosas dañinas o para ver de una ventana a otra. No obstante que ponerlos al servicio de lo malo siempre será más rentable, como en Estados Unidos, donde se dice que esta rama del saber tiene una función legitimista, idealizando esa realidad, podemos usarla para llegar a las causas de nuestros problemas y a partir de un diagnóstico correcto optar por las mejores propuestas de solución.
Las elecciones no absuelven, por más que los paleros de Rocío Nahle, quieren echar la basura debajo de la alfombra, queriendo pontarlos como parte de una guerra sucia, que no lo fue, lo que hubo fue un escrutinio, que sacó a relucir desviaciones que ahí estarán, sobre la mesa, mientras no halla un tribunal independiente que se pronuncie.
Mientras halla un republicano que quiera vivir con un poder sometido a la ley, pero a una ley que sea producida por su destinatario, habrá resistencia a la depredación que lleva s cabo Morena , contra el patrimonio público y sus instituciones. |
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