Si alguien durante muchos años he puesto de ejemplo de limitar su público y el discurso correspondiente a esa franja electoral, fue precisamente Andrés Manuel López Obrador. Cosa que después de haber aparecido alzándoles la mano a las autoridades municipales de Ayotzinapa, reproducir los Juanitos, multiplicarse acciones relacionadas con el narcotráfico de la delegación Cuitláhuac de la CDMX., defender reiteradamente a los narcotraficantes, unirse al partido confesional Encuentro Social y ahora abrirle de par en par las puertas a su detractora Gabriela Cuevas y a Cuauhtémoc Blanco, expresión pedestre del deportista que nunca tuvo respeto para sus adversarios, golpeándolos incluso estando indefensos en el piso, conocido por introducir amoríos y tener relaciones sexuales frente a su familia, según hizo público su propia esposa, con lo cual al movimiento del Peje le pueden quedar muchos epítetos pero nunca más el de regeneración, ya que con tal de ceñirse la banda presidencial se está aliando con personeros que rebasan la putrefacción de Javier Duarte y compañía.
Es conveniente recordar que no sin razón los griegos hablaron siempre de tres formas sanas de gobierno y tres formas de gobierno corruptas. Pensaban que acudir al expediente de la popularidad para postular a una persona a un cargo público era degenerar la democracia, por ese motivo durante los siglos de oro de la Grecia Clásica no fue el método de la elección, el recurso principal para designar a mano alzada o mediante la ovación a los magistrados y gobernantes, sino la designación mediante el sorteo. Platón siempre advirtió que las elecciones lejos de aproximarnos a escoger al filósofo como gobernante nos exponían a inclinarnos por el famoso y demagogo. Los republicanos creyeron que el antídoto al populismo era precisamente poner por delante el bien público y preparar al ciudadano para que bien informado y con una mínima reflexión general, pudiera elegir las autoridades adecuadas. La República, para sus teóricos, únicamente puede existir si hay ciudadanos reales, de carne y hueso, no imaginarios, consciente de sus derechos y de sus deberes para la organización política de la que son miembros.
El problema de MORENA es que parten precisamente de negar, igual que los otros partidos, la importancia de que sus decisiones pasen por la previa discusión que produzca los consensos. Pero en el caso de este partido se han exacerbado la concentración de la toma de decisiones en un solo hombre, taumaturgo e iluminado, convirtiéndolo contundente e incuestionablemente en el partido más antidemocrático, pero además, en un mero recipiente de la irritación que ellos mismos promueven a través de las redes sociales y en un depósito de la basura política. La esclerosis le llegó de manera prematura justamente por no permitir que las principales decisiones las tomara sus órganos de gobierno de manera deliberativa y consensuada, por el contrario, moverse de acuerdo con
el estado anímico y el humor de un líder mesiánico que les arrebató a sus miembros su libertad y su capacidad para vertebrar un programa, pero lo más importante, arriar sus banderas por una lucha del poder por el poder que hoy lo ha desfigurado, cancelando la posibilidad de que hubiera un cambio alternativo y con esto, suprimiendo una opción que no solamente parecía de poder sino también de modelo de desarrollo, por lo que sin duda alguna es de esperarse un gran desencanto del electorado los próximos días, y hay que decirlo, con todas sus palabras, cancela a la vez la posible transformación legal y pacífica del personal que nos gobierna sino también del modelo económico existente.
López Obrador ha aprovechado su gira por el Estado de Veracruz para señalar, con argumentos de sobra, que el frente que encabeza Ricardo Anaya es una banda de delincuentes; pero resulta que para él son delincuentes mientras no se sumen a su ambición de llegar a la presidencia de la República, por que tan pronto como algún desertor de la ultraderecha o cualquier sinvergüenza se le incorpora, inmediatamente se purifica, como si se sumergiera a las aguas del Jordán, colocándose, como los antiguos reyes taumaturgos, que con solo tocarlos sanaban. En este caso con solo expedirles su credencial de MORENA, quedan libres de pecado y listos para acceder al paraíso terrenal de MORENA. ¡Usted le cree, Yo tampoco!. |
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