Por Inocencio Yáñez Vicencio.
Lo primero que nos debemos preguntar es si hicimos lo que debimos. Después de las elecciones de 2021 expresé que antes que el candidato o candidata las fuerzas opositoras estábamos emplazadas a construir una agenda común. Que esa agenda saldría de foros y mesas de trabajo en barrios, colonias, congregaciones, municipios, estados , que culminaría en una mesa o congreso nacional, que acordaría esa agenda conjunta. Eso serviría para movilizar a la gente y mantenerla activa. Yo propuse retomar la agenda del nuevo republicanismo de Phillip Petit. Nada original, es cierto, pero como dijera Bernard de Chartres, en una frase que le adjiudican a Isaac Newton: somos enanos montados en hombros de gigantes. Nadie parte de cero, siempre se parte de donde otro dejó las cosas. Por cierto, leyendo un libro de Gianfranco Pasquino, sobre Norberto Bobbio, recuerda que ese el reclamo que le hacían al maestro turinés. Trabajar sobre una agenda común y hacerlo en todo el territorio es una forma de contrarrestar la hegemonía que Morena producía con sus Mañaneras. Pero nada de eso se hizo. Por el contrario Morena adelantó la carrera por la sucesión presidencial para posicionar a sus corcholatas, con simuladas encuestas que no se supo ni siquiera cuestionar.
En una coalición, alianza o frente o se corren hacia el centro o un extremo prevalece con los costos que ocasiona.
En este caso Fuerza y Corazón debió buscar un candidato o una candidata que englobara tos los matices, pero no, Claudio X González, quiso llevar agua a su móvil y hasta interrumpio el proceso para sacar a la candidata, por miedo a que no fuera una candidata de derecha.
La candidata de derecha dio cuerpo al demonio neoliberal y conservador que neceditaba Amlo, para que la gente viera que no era un invento suyo, que ahí estaba quien quería detener su 4T.
Lo que procedía era una alternativa que la gente viera que no amenazaba el llamado estado de bienestar, para que no viera a la oposición como amenaza a los programas sociales, pero no sólo eso, se le empezó cuestionar con supuestos en lugar de hechos y repercusiones de su mala administración. Tarde se advirtió que no era alternativa entre izquierda o derecha.
Si se le hubiese puesto en frente un proyecto y una propuesta socialdemócrata, que lo hibiese mostrado como falso el proyecto de la 4T, otra cosa hubiese sido. Eso error arrastró a todos.
Los traidores no solo son los que se cambian de bando, son también los que navegan en todas las aguas y los que no dan todo.
Únicamente quiere decirles que me siento muy orgulloso de haber apoyado a un gran demócrata y un gran republicano. Que halla quien le guste lamer cadenas, eso no se puede evitar. |
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