Por Inocencio Yáñez Vicencio.
Para quienes la política es lucha por el mando, remontan su origen al mando del padre, del más anciano, del más fuerte C Calicles ), del guerero, del superdotado, del predestinado, del más popular, del rey filósofo, del que conoce por revelación o intuición el llamado bien común, el pacto, el consentimiento... Sin embargo, como lo constata la historia, la política, aún en esta versión, es una busqueda por racionalizar las relaciones de mando y obediencia. Es buscar que las disputas por el mando, sean cada vez menos confrontación violenta, que cada vez para dirimir los conflictos se usen mentadas, vituperios, insultos, ofensas, ocurrencias, trampas, argucias, intrigas , ventajas, calumnias, amenazas y acciones de fuerza bruta. Se pretende que la máxima de Maquiavelo de que no siempre el bien se combate con el bien, quede archivada. Que se acabe aquello de que la guerra es política realizada por otros medios. Para los contractualista mismos se abandona la etapa prepolítica, la sociedad de mature, en un acto de razón, en el que uno a uno concerta pasar a la sociedad política, al Estado, para dejar atrás la guerra de todos contra todos y dar lugar a la paz y a lo mío y a lo tuyo. Hobbes, cierto, es defensor del orden, pero sin orden no hay libertad. Por eso el mismo afirmaba que la aparición o reaparición de la violencia, significa un retorno a la sociedad natural, de ahi que carece de validez eso de que la guerra es política realizada por otros medios, por la sencilla razón de que recurrir a la violencia, es reconocer el fracaso de la política como mecanosmo para resolver nuestros problemas.
El que halla quien secunde a una candidata que recurre a los exabruptos, a las mentadas, a las bravuconerías, a los desafíos, a los insultos, a la victimización, a las argucias, a las trampas, a las ocurrencias, a las quejas y denuncias por sistema, a las bufonerías, no debe serprender a nadie, pues es la concepcion hegemónica de la política que tenemos. No.no hay nada que sorprenda. Xochitl es así. Ofrece lo que tiene. El Foro de ayer jueves 10 de agosto, exhibió que representa la antipolítica y que los seguidores de quien exalta lo que ya no puede continuar haciéndose pasar por política, únicamente buscan donde cobrar y regresar al oscurantismo.
Se empieza a aclarar el panorama. La maquinaria oligárquica y confesional que echó andar la candidatura de Xochitl y sus testaferros, deben saber que las cifras son muy distintas a las encuestas que bajo pedido han mostrado. Lo que dicen sus periódicos y medios impresos y electrónicos no corresponede a su anticipado festín. Saben, si , saben, que si con toda esa maquinaria y la ayuda de las Mañaneras, no pudieron sacar una ventaja, que sea inalcanzable, menos podrán sostener de pie en los foros que faltan, una figura que no tiene más que insultos y ocurrencias. Su única reserva son las triquiñuelas que caracterizan a su partido en cada elección en que intervienen.
A esa concepcion de política como insulto, ocurrencias, argucias y verborragia, por fortuna existe una persona que tiene una concepción que rescata la verdadera política como acción concertada para lograr un bien común derivado de la discusión, la deliberación, el debate, la persuasión, el consenso y el acuerdo, que es la senadora Beatriz Paredes Rangel, que con su articulación discursiva, su formación teórica, su limpia trayectoria, su propuesta y su visión de Estado, dignifica la verdadera política y nos brinda la oportunidad de oponerle a Morena, una alternativa, a todos los que no vemos la política como circo y luchamos sinceramente por rescatar este país de la quiebra institucional, económica, política, social, educativa , de salud y de seguridad en que nos ha sumido López Obrador.
Ayer Beatriz, no sólo demostró que está en la ruta correcta para rescatar las instituciones republicanas y democráticas sino también de evitar que México recicle la versión populista, sólo que del más rancio populismo. Diré como dice el distinguido politécnico e intachable hombre de izquierda. Gracias por darnos una opción distinta al circo de los oligarcas. |
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