Para empezar, hago mía la distinción que hace el autor del más acreditado y voluminoso tratado de ciencia política, Georges Burdeau, en su Método de la Ciencia Política, donde nos dice que : Por político se entiende la estructura que las relaciones de autoridad confieren a la sociedad... lo cual nos obligará a usar el término político en masculino cuando consideramos los fenomenos políticos en su aspecto estático... En cambio la política simplemente es una actividad que comprende los fenómenos en su aspecto dinámico( pag. 66. Editorial Depalma. Buenos Aires. 1964). Como ya se advirtió es muy prestogiado policólogo, el no acepta el vocablo politólogo, es partidario de definir la política por el instrumento poder, lo que yo no comparto, pero su deslinde es correcto.
En este sentido es evidente que, por lo menenos en los gobiernos de Javier Duarte, Miguel Ángel Yunes Linares y Cuitlahuac Garcia, la política no se ha provilegiado, por decir lo menos.
Si la política no es primordialmente lucha por el poder, como afirman los seguidores de Maquiavelo y Webber sino principalente acción concertada dirigida a la búsqueda de un bien común consensuado( Hannah Arendt), tenemos que aceptar que en estos años prácticamente ha estado ausente. Parodiando a Sartori, diremos que lo que se ha hecho es combatir la política en nombre de la política. Javier Duarte, su tiempo como gobernador ni siquiera pudo ocuparlo en terminar las obras inconclusas que le dejó su antecesor. Todo fue trabajar para resolver los problemas de él, de su familia y de sus amigos. Miguel Ángel Yunes Linares, llegó al gobierno de Veracruz, señalado de haber acumulado una fortuna a la sombra del poder público y que en lugar de realizar una justicia pareja, la hizo selectiva, lo que ya no fue justicia sino venganza. La misma recuperación de bienes que llevó a cabo , no es nada honroso, desde el momento que suplantó a los tribunales, con una política personal, talvez porque también era de la idea de que el poder judicial estaba podrido. Acciones al margen de la ley que sólo aplauden sus beneficiarios. Cuitlahuac García, producto de la pejemanía, trabaja sólo para una banda de sinvergüenzas que siendo incapaces en todo, está concentrado en hacerse únicamente eco de las ocurrencias y saqueos que su jefe ordena. De la misma manera que a Amlo hace un coro de aplausos del poder legislativo y pudre al poder judicial, para después llamarlo podrido y desacreditarlo, asi aqui en Veracruz, vemos que hace uso de vándalos para controlar el Congreso y, habiendo un enorme rezago en los juzgado, paradójicamente decide desaparecerlos, seguramente también en echar a los reos a la calle, dejando en completo estado de indefension a la ciudadanía. Ahora, incapaz de investigar y documentar las fechorías de su predecesor, que no dudamos que le sobrarían elemenos para fundar y motivar sus denuncias, acude a represiones y provaciones ridícula y arbitrarias, con lo que no hace nada diferente de lo que heredó.
Provilegiar el patrimonio personal y darle rienda suelta a la veganza, sin duda alguna ha empantanado a las tres últimas administraciones. La única forma de salir de este lodazal es reemplazar estos grupos de gobernantes que han exorcizado a la política.
El liberalismo mismo es una exaltación al individualismo y decir individualismo, es decir, antipolitica, es la negación de la política, porque la política no nació para resolver los problemas individuales, nació para encarar los asuntos comunes, los asuntos que tienen que ver con la comunidad. Las distintas visiones que tenemos de interés común da lugar a la diferencia, sin ella no habría política, porque si hubiera unanimidad en el fin común, no habria necesidad de buscar el acuedo. El acuerdo total es utópico, porque sería el final de la politica. Es válido buscarlo como es válido buscar que las reglas jurídicas algún día sean reemplazadas por reglas morales, pero mientras halla diferencias habrá politica, aún cuando busquemos el acuerdo.
He dicho y lo repito. La burguesía no triunfó cuando derrumbó los muros de la Bastilla sino cuando hizo pasar sus inetereses como intereses generales. Para lograr el retorno de la política, esto es, que en la acción política vuelva a ser el interés público el que predomine, necesitamos enfrentar y superar los valores y principios del liberalismos, para construir cuadros que envíen al basureo de la historia el enriquecimiento a costa del erario del gobierno y ya no confundan venganza por justicia. |
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