Hace unos días cazaba, como buen cazador de África, que ahora están en peligro de extinción desde que el rey de España, el buen Juan Carlos, cazó un elefante y se tomó una foto con él y ardió el mundo, ahora ya es difícil cazar hasta a los conejos, los venados, ni se diga, aunque muchos cazadores presumían y los mandaban disecar como pieza de campeonato, como una orejona de la Champions, pero cazaba cuatro libros que no llegaban al Sanborns de Slim. Uno de ellos era del nenorro Enrique Peña Nieto, escrito por el periodista Mario Maldonado, que lo buscó para expurgar sus penas, como los Hermanos Carrión lanzaban sus penas al viento, por limpiar su rostro de traidor con el que quedó marcado, cuando entregó la presidencia a AMLO y le dejó el camino limpio de Anaya y Meade, para que se convirtiera en el presidente y Peña, después de un lapsus tontus de una fiesta, donde llegó Julio Iglesias a cantarle a la novia un palomazo, ese día Peña supo que el presidente le tenía el pacto, pero que se largara de México. Y se largó, y a su barco le llamó impunidad. Allí estaba ese libro junto con uno que causa resquemor, el de otra periodista Anabel Hernández, donde da a conocer como los narcos entregaron millones de dólares a Andrés Manuel López Obrador, cuando buscaba candidaturas, cosa que el presidente se burla de esa revelación.
LOS OTROS DOS Y EL PULITZER
Fueron los otros dos, Los chapitos, de José Luis Montenegro, otro periodista y el último pero no el menor, el de una gran periodista y comunicadora y presidenta de Mexicanos contra la corrupción, Amparo Casar, que desató la furia presidencial, porque ella en ese libro le acusa de sus corruptelas y de sus hijos incluidos, libro que causó el enojo presidencial y hasta el director de Pemex ha ido a dos mañaneras a denostar a esta mujer. La historia cuenta que el esposo de María Amparo era trabajador de Pemex y una mañana, al salir a fumar un cigarrillo a esa torre altísima, se cayó y causo su muerte. El supremo gobierno dice que se suicidó, sin aportar ninguna prueba, y por lo pronto a esa mujer le fue retirada la pensión de Pemex de 130 mil pesos mensuales, para que se vea que cuando el poder aprieta, siempre aprieta hasta estrangular. En el gobierno habrán leído El Arte de la Guerra del Sun Tzu, porque aplican todas las artes y si son sucias, más mejor, dirían en mi aldea del pueblo. Estos cuatro libros me costaron, unos mil pesos, Anoche mismo empecé con el de Los Chapitos, donde esa leyenda se forma con el padre desde Badiraguato y que ha servido para que ahora mismo mucha parte de la delincuencia organizada tenga controlados varios estados del país. Pero cuando eso ocurría anunciaron que una mexicana había ganado el Premio Pulitzer, ese Premio es muy prestigiado porque normalmente es para escritores y fotógrafos y arte y música y pocos mexicanos lo ganan, están hechos para periodistas de The New York Times y Washington Post, de hecho husmeando solo hay tres mexicanos que lo han ganado, una escritora y dos fotógrafos y ahora con Cristina Rivera Garza, es la tercera que lo gana y también Félix Márquez, fotógrafo jalapeño, que lo ganó este año. Tienen 108 años entregándolo el jurado es de la Universidad de Columbia, y ganar un Pulitzer te manda a las ligas mayores. Cristina Rivera Garza lo ganó por ‘El invencible verano de Liliana’. La obra con la que obtuvo el galardón cuenta sobre el feminicidio del que fue víctima su hermana. El texto se desarrolla durante julio de 1990, en donde Liliana Rivera Garza, estudiante en aquel entonces de Arquitectura y con tan solo 20 años de edad, fue víctima de un feminicidio. La cruel y triste historia de este México lleno de feminicidios y muertes todos los días, 80, por calcular un número. El premio es 15 mil dólares y una Medalla. |
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