El 22 de diciembre los españoles juegan su Lotería Navideña. Es multimillonaria, dan de premios, 2 mil 590 millones de euros, con decirles que por un cachito de 20 euros, si es premio principal dan 400 mil euros, algo cercano a los 8 millones de pesos. Los billetes se venden en toda España, pero esa temporada doña Manolita es quien más vende, porque ella ha dado muchos premios, su historia la platiqué ahora que anduve en Madrid, en la calle del Carmen tienen su expendio desde 1929, ella ya murió pero la vendió a un consorcio empresarial y las colas son enormes. Allí el cachito vale 20 euros y cerquita, con vendedores callejeros de doña Manolita valen 22, dos son de comisión. Pues heme allí que compré cuatro cachitos diferentes y cuando lo chequé, Bingo, le había pegado a uno que me va a dar 120 euros, algo así como dos mil pesos. Mi bronca ahora es cómo cobrarlos, porque en la página dicen que, si lo compré por Internet, allí mismo me transfieren a mi cuenta; a los extranjeros se les puede pagar en cualquier expendio de Lotería mexicana, pero dos ya se hicieron de la vista gorda, también fui a los bancos y hasta ahora dos no se hacen responsables, me dicen que hay que ir a México, eso está en chino, porque me cuesta más ir a México y luego las demoras y asaltos en las carreteras, son para morir. Sigo en la búsqueda, me quedan tres bancos, a ver cómo recupero mi premio. Los dos bancos españoles, que debían cambiarlos, BBVA y Santander, se están haciendo como el chinito, peregrino en busca de mi premio. Llamé a DHL y el costo por enviar el boleto y que allá un amigo me lo cobre y lo transfiera a mi cuenta, por puro flete es de 1 mil 400 pesos. Me caches en la mar, diría el clásico, falta Correos, allí me dijeron que objetos de valor, nada, allí vale 60 pesos pero si lo agarran los rayos X de la Aduana, igual me lo inutilizan o confiscan, no lo puedo demorar mucho porque vence en marzo. En esas ando.
LA LUDOPATIA
No suelo jugar juegos del azar. Las tres veces que he ido a Las Vegas, donde la casa solo gana, solo voy a ver los shows o las peleas de box en la época de Julio César Chávez y tirarme unos drink y babosear los hoteles y bien comer. Hace como diez años que no voy, pero ya no se me antoja. La ludopatía no está en mí. Paréntesis (La ludopatía es una enfermedad que se caracteriza por un fracaso crónico y progresivo en resistir los impulsos de jugar apostando dinero. No todas las personas que juegan desarrollan una adicción al juego, del mismo modo que no todas las personas que beben termina siendo alcohólicas). Las pocas veces que he jugado, alguna vez gané en esos llamados Bingos, le hablé a una empleada en Orizaba a que me dijera cómo se juega y al primer toque me gané dos mil pesos y ahí me retiré. Si me quedo, me pelan todo y lo que trajera de más. Cuando se autorizaron los Casinos en México critiqué eso, la gente en México que juega, una mayoría, es gente de escasos recursos y ahí dejan el mandado y lo que se pueda, pero ni hablar allí están, como la Puerta de Alcalá, viendo pasar el tiempo. No jueguen. Ahórrense esa lana, la van a perder. Hay gente que ha empeñado sus casas o las ha vendido por la enfermedad de ir a jugar. Ojo, no se acerquen. Porque la suerte es la salvación de unos pocos, pero un demonio para la mayoría, dice el poeta. Por eso les llaman juegos del azar, voy a Wikipedia: ‘Los juegos de azar son juegos en los cuales las posibilidades de ganar o perder no dependen exclusivamente de la habilidad del jugador, sino que interviene también el azar’. En ningún casino se puede ganar. Uno recuerda la película Casino, con De Niro y Sharon Stone, cuando un multimillonario japonés les había ganado no recuerdo cuántos millones de dólares y lograron que el vuelo privado de él no despegara, para que se quedara a dormir y allí, al jugar, despelucarlo con lo que se llevaba. Las Vegas no pierde y si pierde arrebata, además, Lo que pasa en Las Vegas se queda en Las Vegas, eso dicen. |
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