Alguna vez en las campañas para ver ganar al primer presidente americano de color, que no era otro más que Barack Obama, y la otra cuando Hillary Clinton perdió con Trump, el pelos de elote, este escribiente, o sea Yo Mero, anduve y andé por Washington cubriendo la elección como corresponsal del Washington Post de Tierra Blanca y Notiver y los diarios Sol de Orizaba y Córdoba, cuando aún existían. Del primero, en 2008, recuerdo que, al ganar esa noche, todos fuimos a la Casa Blanca y el cabroncito de Bush dolido la tenía apagada, pero el fervor del pueblo contagiaba. Éramos muchos y parió la abuela, diría el clásico. Jovencitas gritaban como si hubieran ganado el Mundial. Esa vez ganó Obama y la historia comenzaba a construirse. En Chicago celebraba pero la Casa Blanca se inundaba de creyentes obamistas. Hasta la madrugada por allí anduvimos.
La segunda ocasión que fui a reportear, en 2016, fue en el mismo Washington, con mi hermano Enrique y Rico, el amigo que no es rico, llegamos a la Casa Blanca a imprimir las fotos de rigor. Era la elección de Donald Trump contra Hillary Clinton, donde muchos dábamos por ganada a la mujer, fuimos al hotel Hay Adams, siempre pensé que era un hotel hecho en memoria del segundo presidente americano, John Adams, el que construyó la Casa Blanca, pero no, algo se aprende con el tiempo, obedece a un tal Hay y otro Adams, quienes lo construyeron en 1920. Allí se concentran todos los reporteros del mundo: Televisa, CNN, CBS, Jacobo y López Dóriga allí merodearon, tienen la azotea reservada a los medios y mediante una paga les dan su espacio de dos por dos, pequeño pero el fondo es la imponente Casa Blanca, símbolo del imperio del mundo. Allí en la elección de Trump, coincidimos con el abogado veracruzano, Jorge Reyes Peralta, quien andaba enrutado allá y después de un trago en el bar llamado Off the Record, en honor a los periodistas chupamaros, invitó a comer a un restaurante español de primera, creo se llamaba El Alabardero. Envié mensaje a Raúl Peimbert por su Whastapp, porque el transmitía para Univisión esa gran elección, que es en los primeros días de noviembre, el gran comunicador veracruzano, orgullo de todos nosotros. Esa vez nos fuimos al hotel a esperar los resultados por CNN, era un hotel cerca del complejo Watergate, Omni Shoreman, un hotel viejo pero bello, de 2500 habitaciones, cerca de donde se escribió la historia de Nixon y donde el presidente Lyndon Johnson solía llevar a mandatarios del mundo y allí hospedarlos. Por la noche llegó el desencanto. Ganaba Trump porque reunió a los 270 distritos con que allí se gana, es una elección que la ganan los distritos, porque en el frente a frente Hillary Clinton tuvo más votos que el enojón y gacho Trump.
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