A media semana, muy de madrugada tomé un vuelo con destino a Reynosa, ahora no crucé pecho a tierra la frontera, me fui a las vivas, por parafrasear a Juan Gabriel: A mí me gusta mucho estar en la frontera, porque me dijo Mirna, la mujer que me atraviesa en su auto de alquiler de Reynosa a Mc Allen, ahora vía Hidalgo, no cruzamos por la garita de Kika de la Garza, fue un cruce tranquilo, sin colas y llegamos en menos que canta un gallo a esta orgullosa tierra texana, estado que apoya a Donald Trump, pues ellos son en su mayoría republicanos. Pisa y corre pues ahora Viva Aerobús, conocida entre la flota como Viva Autobús, ya no tiene aquellos vuelos cómodos que salían un viernes y regresaban domingo o lunes temprano, ahora lo envían vía Guadalajara y es mucha vuelta, por eso es de rapidito: llegas, miras, compras y te vas. Buen vuelo de una hora y piquito en las líneas muy conocidas. Salimos con buen clima en Veracruz y en Reynosa arreciaba el calor. Ya no hay tantas balaceras en esos entornos, nos dice la amiga Mirna, sin embargo uno aprieta aquellito porque Tamaulipas, conocida también como Mataulipas, en la vorágine de los abrazos y no balazos quedó entrampada como un estado peligrosísimo. Hacia buen rato Yo Mero no aparecía por estas tierras texanas, creo que desde hace cuatro años con la pandemia, cuando llegamos aquella vez por la vacuna Johnson and Johnson, pues el inútil de Hugo López Gatell, ni la conseguía para México-Dinamarca, ni alertaba a la gente de cubrirse la boca y tomar las debidas precauciones, eso le costó a este inútil 8oo mil muertes innecesarias en nuestro país, y salió tan campante del gabinete. Sortear el peligro de la autopista de Capufe sin ninguna novedad, por esta vez, por ser el horario muy de madrugada, cinco de la mañana para llegar al aeropuerto Jara de Veracruz y embarcar hacia Reynosa, que también es pueblo. Allí al tomar el primer café mañanero, vimos a un lado a un grupo de jovencitas que, una de ellas portaba una camiseta con la leyenda de Orizaba. Cuando se pararon a abordar un vuelo, que les llamaban de Monterrey, las saludé y Marisol me comentó que eran de la Asociación Pequeños Maestros y que iban a un Congreso Internacional de Autismo a Monterrey, eran 6 increíbles jovencitas cuidando los programas contra el Autismo y preparándose cada día mas, sé que Dios las bendice por esa noble labor. Las felicité y quedamos de vernos al regreso, para hacer un reportaje sobre su labor. Tendrán uno de estos días una cena con la muy activa Canaco de Orizaba, con su presidenta Ihali Saldaña, esa cena que será el sábado 26 a las 8 de la noche en el Parque España, es la 7ª edición del festival gastronómico de Orizaba y siempre esos fondos sirven para ellas moverse en sus actividades. Dios les conceda plena fuerza para seguir en ese camino y nosotros debemos asistir y contribuir para que, aparte que cenemos sabroso, apoyemos a una buena causa. Vale Marisol, mucho éxito y adelante, una ciudad y una región y por las familias de todos los niños que tiene autismo, se los agradecerán eternamente a todas ustedes. |
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