En la semana, en el tramo donde existieron las mugres casetas de Fortín, apareció un panorámico de un zalamero adulador del gobernador Cuitláhuac García Jiménez. El texto dice: “Gracias Cuitláhuac, por las gestiones por retirar la caseta de Fortín. Un compromiso. Cumplido por parte de López Obrador”. Era una mentira, el adulador del gobernador debió haberlo puesto dando las gracias al presidente AMLO, porque Cuitláhuac ni tuvo vela en este entierro. La historia va de años atrás, los que aquí vivimos la conocemos. Desde que se instaló la caseta de Fortín, los pobladores de Córdoba-Fortín-Orizaba, primero protestaban por el precio, la mugre Capufe dio concesiones a que, quienes llevaban sus autos y tarjetones, tendrían pase gratis. Fueron pocos porque si un auto pertenecía a una sociedad anónima o a una empresa, no valía, era solamente a propietarios. Luego, al paso de los años, se incrementó el tráfico vehicular y nacieron los doble tráileres, esos animales que con dos cajas amenazan peor que la delincuencia organizada, porque constantemente tienen accidentes, muchos de ellos cuando les fallaban los frenos y llegaban a matar a quienes estuvieran pagando la caseta, totalmente detenidos.
LAS PROTESTAS
Las protestas comenzaron a llegar. Hubo senadores, diputados federales, funcionarios y gobernadores que aquí vinieron con la promesa de quitarla. Un día llegó Cuitláhuac, dijo, cómo si fueran los tiempos de los Césares, que la desaparecería. Se supo que fue a Capufe y pidió eso, y cuando le dijeron allá que ese cruce generaba 8 millones de pesos diarios y que si su gobierno los iba a poner, entonces se marchó todo apenado y avergonzado y pidiendo perdón a los de Morena, su partido. Ah, pero cuando las cosas llegaban en serio, se quiso poner la corbata. Cuando ni la había comprado. Mucha fue la lucha de mucha gente. Como dijera Churchill en guerra: ‘Nunca tantos hicieron tanto por tan pocos’. Las cámaras empresariales, alcaldes de la zona, sociedad civil, el Consejo Coordinador Empresarial, los diarios impresos, radiodifusoras y las redes sociales, columnistas como Yo Mero, que no los dejaba una semana en paz. Los atorones eran terribles, había días en que, para ir a Xalapa, hacías 8 horas, 4 de ida y 4 de vuelta, por el tapón que representaba la caseta de Fortín, un verdadero Muro de Berlín que había que derribar. Así bregamos por años y nosotros, como la zarzamora, llorábamos por los rincones sin que nadie hiciera caso. Por eso resulta muy extraño que, en temporada de elecciones, y los partidos de oposición debían poner una queja contra este anuncio panorámico que, además es una vil mentira, porque este gobernador ni las manos metió.
LA SOLUCION
Quiso el destino que, en 2022, llegara de secretario de la SICT un hombre prudente y que conoce el ramo, Jorge Nuño Lara. Aunque es licenciado en economía por el ITAM, conoce los vericuetos de los caminos mexicanos. Al lado del secretario, apareció un hombre que vino a significar un gran avance, José Luis Palomares Mora, nativo de esta zona Córdoba-Orizaba y encargado del jurídico de la secretaría. Este joven, a quien la ciudad orizabeña y su alcalde y Cabildo. le reconocieron hace poco, por el aporte a su desarrollo, fue quien llevó la idea y la solución al secretario y, gracias a esos dos personajes, incluido también el presidente AMLO, que debió palomear el asunto, gracias a esos tres personajes la caseta de Fortín se fue al carajo, como diría Milei, y no perdieron dinero, la cuota de aquí se pasó a otra caseta. Es que hay muchas casetas en los tramos y había que ir suprimiendo algunas y cobrar en las otras. Y nada tiene que ver Cuitláhuac. Lo único que va a lograr el gobernador, con ese anuncio en la autopista, es que la gente en rencor y coraje vote en contra de sus candidatas, la de México y la de aquí, por mentiroso como Pinocho.
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