Orizabeño, abogado y director general de Casa de Moneda, nombrado en julio por el secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O, Marcial Luján Bravo llegó a su tierra orizabeña nativa a celebrar el 24 con la familia y un par de días después, heme allí con él desayunando en El Quintal de la calle Colón. Fue una plática agradable, me habló de su trabajo en Casa de Moneda, donde acuñan monedas conmemorativas y tienen aproximademte una plantilla de 700 trabajadores, la mayoría en San Luis Potosí, donde está la sede y maquila. Amigo de su padre, Miguel Ángel Luján Mata (QEPD), la plática primero versó sobre ese padre que sentía orgullo que el hijo pudiera litigar como abogado en Estados Unidos, que eso no cualquiera lo hace. De su trabajo, de las familias, del cómo ha visto transformar Orizaba en un Pueblo Mágico. Hablamos del tiempo cuando su padre, amigo personal de Ignacio Morales Lechuga, le hizo una comida en su restaurante, cuando el ex procurador iba rumbo a la gubernatura de Veracruz. De muchas cosas orizabeñas, lo puse al día y él me ponía al día de las monedas, sobre todo ahora que lanzaron esa de 20 pesos que los coleccionistas buscan por doquier. Tocamos el tema de María Luján Achirica, su única hija, esa jovencita que vive y estudia desde hace tres años en Hawai cuidando los mares y sus animales y que, le ha merecido ser la oradora, ahora que se graduaron compañeros de ella, un orgullo veracruzano, porque en la historia de esa Universidad ninguna mexicana o mexicano había sido orador y también en Washington habló en marzo ante poderosos Congresistas en el Capitolio, en el Día Internacional de la Mujer, por el cuidado de los océanos y el Medio Ambiente. Nos despedimos y quedamos de vernos pronto,
EL INDIO VICTORIANO
Estoy metido en el libro de Gustavo Vázquez, “El Indio Victoriano”. Por las noches, antes de ganarle al sueño le entro un ratito. Es extraordinario, son de esos que suelen leerse despacito, esperando no se acaben nunca, te lleva de la mano de ese hombre al que llamaban Chacal, del cual he leído algunos libros, como aquel ‘De cómo vino Huerta y cómo se fue’. El autor: “Basta decir que la historia lo conoce como El Chacal, y que es por aclamación el villano mayor en la galería de los presidentes de México. Sin embargo, es mucho más que eso: en su juventud, ese indígena huichol se convirtió en uno de los mejores astrónomos de su época y fue un brillante matemático, geógrafo, alpinista, cartógrafo y uno de los mejores militares mexicanos”. En esas ando, en su juventud jalisciense cuando se enrola con Donato Guerra y va poco a poco ascendiendo hasta llegar, me imagino a la Decena Trágica, que lo llevó a la presidencia y a dar el Golpe de Estado en contra de Madero y Pino Suárez, historia muy conocida. Sirve de referente porque, cuenta la leyenda convertida en historia, que cuando al general Marcelino García Barragán le ofrecieron deponer a Gustavo Díaz Ordaz y dar un Golpe de Estado en 1968, el general dijo: “Yo no soy Victoriano Huerta”. Buen libro, escrito por Gustavo Vázquez Lozano nacido en Aguascalientes, en 1969. Es escritor, traductor y maestro de escritura creativa. Parte de su obra ha sido traducida al inglés, portugués y ucraniano. Ha publicado más de treinta libros, especialmente de género histórico y biográfico. Destacan sus obras sobre Pancho Villa, Maximiliano de Habsburgo y el Escuadrón 201. En México obtuvo el Premio Nacional de Cuento Beatriz Espejo y ganó el Certamen Internacional de Literatura Sor Juana Inés de la Cruz. Su novela La Estrella del Sur fue incluida como lectura para los estudiantes de español en la Universidad de Moscú. Cómprenlo, vale la pena.
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