Cuando Jeff Bezos, el hombre más rico del mundo y dueño de Amazon y de vuelos espaciales, entre otras cosas, llegó a comprar en 250 millones de dólares el diario The Washington Post, fundado en 1877, aquel que pertenecía a la familia de Katherine Graham y que logró la caída del presidente Nixon con el Watergate, periódico prestigiado y ganador cada año de Premios Pulitzer, algún amigo le dijo a Bezos: ‘Te vas a meter en un problema, eso no es lo tuyo, lo tuyo es hacer dinero’. No le importó a Bezos aun sabiendo que enfrente tenía en la presidencia a un hombre, Donald Trump, que detestaba a los periodistas y al periodismo, que llamaba basura a los dos periódicos más importantes de Estados Unidos, The New York Times Y Washington Post. Bezos le entró con sus 250 millones de dólares y otro tanto para compra y mejorar el diario. No era gente de prensa, era de billetes y negocios, jamás había olido la tinta y el papel ni ver a una rotativa imprimiendo diarios a toda velocidad. Lo primero que recibió fue una invitación, Trump lo invitaba a cenar con dos de sus directores en la Casa Blanca, llegó y nada pactaron, al salir Bezos les dijo a los directores que tenían la libertad para informar y el apoyo de él mismo. Eso bastó para que Donald Trump ardiera en coraje y arrojó lumbre y veneno sobre el dueño más rico del mundo. Bezos seguía en lo suyo. Pronto llegaron los problemas, cuenta el ex director Martin Barón en el libro ‘Frente al poder’, que voy terminando, que Bezos sintió el papel de los medios y la prensa cuando, en un aniversario de muerte de Ben Bradlee (1921-2014), aquel afamado director del periódico en épocas del Watergate y amigo personal y querido del presidente JFK, Bezos vio el cariño y respeto que tenían a la figura de Bradlee en ese homenaje y comenzó a sentir la prensa. En los momentos de más ardor de Trump, cuando pidió favores y Bezos le decía que él poco intervenía en el diario, Trump dijo a un agente de la CIA: “Estamos en guerra con los medios”, entonces el director del Washington Post le reviró una frase que cobró fama y fue publicada en el diario: “Nosotros no estamos en guerra con el gobierno. Nosotros estamos trabajando”.
Narra el libro las peripecias con el gobierno saudí por el asesinato en el consulado de Estambul de Jamal Khashoggi, columnista y colaborador de The Washington Post, brutalmente asesinado por un escuadrón de asesinos enviado por orden del príncipe heredero de Arabia Saudita, Mohammed bin Salmán. Trump se hizo el desentendido y les dejó el problema, el diario reveló todo hasta lograr la confesión de ese brutal asesinato y culpar al príncipe y el arresto de los asesinos. Buen libro de casi 500 páginas. Trump se fue brutalmente contra los negocios de Bezos, Amazon utiliza una parte del servicio postal americano para sus entregas, la otra la distribuyen ellos, el vengativo presidente americano quería que ese servicio le costara el triple. Tuvo sus consecuencias, Amazon tenía un contrato de 10 mil 500 millones de dólares y entraba de nuevo a una subasta, pero Donald Trump apretó al secretario de Defensa y la subasta se fue a Microsoft. Entonces le dijeron a Bezos: “El periódico te costó 10 mil 250 millones de dólares”, por lo que acababa de perder.
Aun así no se arredró y ahí siguen, ahora quizá venga la segunda vuelta, si Trump gana la presidencia y vuelve a encontrarlos enfrente.
Son diarios de mucho prestigio y Trump, como ocurre aquí en México, odia a los periodistas y al periodismo.
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