A menos de 15 días que el presidente AMLO entregue la banda tricolor a Claudia Sheinbaum, el espectro político, por la dichosa Reforma al Poder Judicial, apanicó a algunos y a otros les dio felicidad. Felicidad le dio a la mayoría, que son los de Morena y aliados, cuando la votación se fue de su lado con el voto del veracruzano Miguel Ángel Yunes Márquez, votó a favor después que su padre, el ex gobernador se dio un tirito en el Senado con Marko Cortés, quien se quedó mudo ante los embates. Ahora todos piden la cabeza del panista presidente, en la misma fundación del panismo desde 1939, el espíritu de su fundador Manuel Gómez Morín, permeó por todo el panismo y todos recordaron su frase célebre: “Qué no haya ilusos para que no haya desilusionados”. Yunes Márquez se defiende porque, asegura, él no puede ser expulsado del PAN. Donde lleva 20 años de militancia, y peleará como el Canelo (esta nota se escribe antes de su pelea), pero muchos ya lo ven en la otra orilla. El senador de Morena, Saúl Monreal no descartó que Miguel Ángel Yunes Márquez se sume a la bancada del oficialismo, luego de su apoyo a la reforma judicial, y ante futuras reformas constitucionales que se votarán en el pleno. “La verdad hay un reconocimiento y se está valorando, el mismo coordinador es el que debe tomar esa decisión y si él aceptara, no sé tiene tres opciones, porque ya no está en el PAN, tiene la opción del Verde, PT o Morena”. Las redes se llenaron del yunismo, una gran mayoría en contra, pero hubo también voces que los alentaron, pocas, pero las hubo. Las fotos donde llega el choleño al Senado y es recibido por Adán Augusto, y otra donde lo flanquean el presidente del PVEM, Manuel Velasco y De la Huerta Ladrón de Guevara, dieron la vuelta en las redes. Yunes peripló por los medios defendiéndose. No es gente dejada.
Hubo también una advertencia de la gobernadora electa, Rocío Nahle, de que en Morena se reservaban el derecho de admisión, como cuando entras a los antros.
En entrevista con el diario El País, Yunes aseguró, cuando se le preguntó: “¿Ve o veía en la gobernadora electa de Veracruz, Rocío Nahle, ánimo de venganza en su contra o de su familia?”.
Respondió: “No de parte nuestra, no de parte mía. Yo no tengo absolutamente nada en contra de ella, no tengo por qué tenerlo, no forma parte del debate de la reforma al Poder Judicial. No tengo ningún problema con ella, si ella lo tiene, lo lamento, podría ser derivado de una confusión. La política de confrontación no trae ningún beneficio a México, ni a nadie”.
La bienvenida del presidente AMLO a los Yunes, y el reconocimiento de Claudia Sheinbaum de que hizo bien y la historia lo juzgará favorablemente, avalaron su caminar.
El proceso de expulsión del PAN por medio de Marko Cortes, me hizo rememorar aquella anécdota de Napoleón, cuando guerreaba con los papas (en aquel tiempo el Papa tenía su ejército y entraba a las guerras romanas). Mandó una excomunión a Napoleón, que estaba a punto de sitiarlo en su Vaticano. Napoleón ordenó a un artillero que fijara un cañón rumbo a donde estaba el Papa. El cañonero habrá dicho que el buen Napo había enloquecido o amanecido crudo, porque estaba muy lejos el fuego y esos cañones solo alcanzaban los 300 metros de distancia. “Tú dispara, le dijo Napoleón”, el otro, todo ordenado y sumiso, pues disparó el mortero. Cuando el jefe vio adónde había llegado la bala del cañón, dijo: “Mira, allí donde llegó el disparo, allí me llegó la excomunión de este Papa”. Y todos sonrieron. Así quizá Marko Cortés y Yunes Márquez. Hasta la puerta del Senado llegó mi expulsión, habrá dicho. Ya no podrán tomarse otro café en La Parroquia. Esta historia continuara. To be continued |
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