Veracruz tiene los peores caminos estatales, los que casi parecen rurales o brechas, con hoyos y zanjas. Ahora que por la necesidad de evadir la franja de Gaza, el paso del Puente de Metlac, cuyo paso por allí significa perder una hora detenido, porque los inútiles de Capufe tienen poca gente laborando y esa obra va a dilatar meses. Los camiones del transporte y doble caja solo por allí pueden pasar, tienen prohibido las carreteras estatales. Solo de paga. Por eso es que ahora que todos los automovilistas, cuando vamos a Córdoba o Veracruz o Xalapa, tomamos el camino viejo de Fortín-Ixtaczoquitlán, en el día más o menos la capotea uno, pero en la noche, cuando se regresa los baches y las zanjas no se ven. Es el descuido de este gobierno que prefirió devolver el dinero a la Federación y no emplearlo en los caminos veracruzanos o en la salud, cuando ese dinero es de todos los que pagamos impuestos aquí y la Federación no necesita ni le hacen falta, pero por querer quedar bien con el patrón, quedó mal con los veracruzanos y ahora se espera, para desgracia de la Nahle, que en los votos se cobren todas estas afrentas. Igual ocurre en el otro tramo, aunque al parecer allí ya hay unas máquinas moto conformadoras dándole una manita. La salida de la autopista de Paso del Toro, es un verdadero dilema, peor que el de Metlac, allí todos sufren, los que se desvían llegando de Córdoba y los que vienen de Xalapa vía Cardel. Allí hay que aguantar vara, la última vez me tocó estar una hora de regreso de Xalapa, por la inutilidad que solo hay un camino y una caseta de cobro, en la época de Jesse James los colgaban, por inútiles.
LOS PARQUIMETROS ORIZABEÑOS
Hay dos cuadras de la orizabeña calle Sur 5, donde fijaron apenas parquímetros. Los parquímetros ayudan a la movilidad. Esa calle era muerta y ahora se pueden estacionar. 5 pesos la media hora y 10 la hora. Ayuda a los comercios, pueden ir a La Troje o a Aza Grill, restaurante de carnes, o al mismo centro de Madero o sitios aledaños. Faltan otras calles, la Poniente 7 entre Sur 10 y 12, donde está Salomé, allí aparcan todo el día y no se mueven. Hay otras también, sirven y son necesarios, porque con 5 pesos, mínimo, uno puede estacionarse y partir de inmediato para que otro ocupe ese lugar. En esta zona que abrieron, comenzó a funcionar, ya está llena de automóviles que no podían estacionarse. Y faltan algunas más, ahora que fui a desayunar a la Sur 39, entre oriente 4 y oriente 4ª, allí faltan más parquímetros, porque llega la gente y se estacionan desde las 7 de la mañana a las 3 de la tarde, me dijo uno de los propietarios de un negocio allí fijo, con el consiguiente daño a los que allí tienen algún comercio. En Europa es causa común, y llegan a cobrar una anualidad a quienes tienen sus garajes donde se ponen parquímetros. A nadie le gusta que nos cobren de más o algo extra, pero cuando son por el bien de todos nosotros, venga pues. Ocurría también aquí en la calle Poniente 3, mi calle, en la cuadra del afamado bar El Fortín, allí los domingos, desde el sábado por la noche, llegaban y dejaban sus autos todo el domingo, y los turistas y los que aquí venimos a algo al centro, no podíamos estacionarnos. Comenzaron a cobrar los domingos y qué creen, ahora siempre hay lugar. Es cierto que hay críticas, pero cuando los recursos se manejan bien y se invierten en la ciudad, como ahora que van a cambiar los vagones o cabuses del Teleférico y se invertirán seis más de ellos, y hasta transparentes, pues para eso es el dinero cobrado.
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